La basura apilada en las calles de Nápoles se ha reducido sensiblemente, pero aun así su presencia sigue representando un peligro potencial para la salud de sus ciudadanos y la Unión Europea amenaza al gobierno italiano con multas por la emergencia. El alcalde Luigi De Magistris promete llevar la recolección diferenciada al 70 por ciento de los residuos antes de fin de año. Según el ente municipal encargado de la recolección, en las veredas de Nápoles quedan aún unas 1430 toneladas de basura, lo que representa 1300 menos que el día anterior y un claro signo del éxito de la operación de limpieza 24 horas al día, lanzada por De Magistris tras ser electo alcalde, el pasado 30 de mayo.

Para felicitar a los trabajadores del gremio, De Magistris se presentó ayer a las 6 de la mañana en el centro municipal de camiones basureros, donde expresó su “cercanía a quienes están empeñados cotidianamente en la lucha contra esta crisis, enfrentando dificultades operativas inimaginables”. Los napolitanos, acostumbrados al hecho que de una forma u otra la emergencia de residuos sigue existiendo desde mediados de la década del ’90, mantienen cierto escepticismo en cuanto al éxito de la nueva administración de izquierda.

El problema es que el cuello de botella en el ciclo de la basura no se registra en el nivel de la recolección, sino posteriormente, cuando hay que llevar los desechos a los basurales y a los centros de tratamiento. La falta de infraestructuras adecuadas para ello, así como la escasa funcionalidad del sistema general son los elementos que no permiten superar la crisis de manera estable.

Y mientras tanto, las toneladas de basura desparramadas en las calles y veredas de Nápoles no sólo siguen volviendo desagradable la vida de los ciudadanos, sino que pueden incluso poner en riesgo su salud. Después de que hace unos días se difundió una estimación según la cual las enfermedades respiratorias agudas habían aumentado entre el 10 y el 20 por ciento entre los niños napolitanos, ayer las autoridades locales puntualizaron que este dato se refiere a los niños asmáticos, y que si se considera la población en su conjunto apenas hay un aumento del 2 por ciento.