EL MUNDO › YOUSSEF AMRANI, SECRETARIO GENERAL DE LA CANCILLERIA DE MARRUECOS
La monarquía impulsa el referéndum de mañana, en el que se vota una nueva Constitución. Los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero llaman a un boicot de la consulta, porque entienden que la figura del rey Mohamed VI seguirá siendo absoluta.
› Por Mercedes López San Miguel
Marruecos no escapa a la ola de cambios que recorre al mundo árabe. La monarquía impulsa el referéndum de mañana en el que se vota una nueva Constitución. Los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero llaman a un boicot de la consulta porque entienden que la figura del rey Mohamed VI seguirá siendo absoluta. Youssef Amrani, secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Marruecos, conversó sobre estos temas en el marco de una gira por la región que lo trajo a Buenos Aires.
–Primero fue Túnez, después Egipto, le siguió Libia. En Marruecos hay quienes reclaman una mayor parlamentarización.
–Marruecos es un país que empezó su transición democrática hace mucho tiempo. Por eso no fue tocado por las revueltas en el mundo árabe. Tenemos partidos políticos, un debate político y una apertura económica.
–¿Quiere decir que no hace falta esa parlamentarización?
–No, no, al contrario. Debemos fortalecer más las instituciones. En Marruecos no han habido revueltas porque desde hace diez años empezamos con las reformas.
–Pero hubo revueltas.
–Son protestas pacíficas. No es el caso de Egipto o Túnez, en donde no había una tradición democrática. Marruecos es el único país del Mediterráneo que tiene un estatuto avanzado con la Unión Europea: compartimos con la UE los mismos valores y una aproximación de apertura económica.
–¿Que el rey Mohamed VI haya prometido reformas tiene que ver con que tema un efecto contagio?
–Llegó el momento de consolidar estas reformas. Comenzamos con reconocer que hubo abusos de los derechos humanos en Marruecos. Creamos una instancia de reconciliación nacional para zanjar esos abusos. Somos el único país del sur del Mediterráneo que tiene un subcomité de derechos humanos con la Unión Europea. Decidimos profundizar la regionalización: dar más poderes a las regiones a través de una reforma de la Constitución. La decisión política va en sentido de reforzar al Parlamento y la figura del primer ministro.
–La oposición que surgió el 20 de febrero reclama una asamblea constituyente, ¿por qué no se convoca?
–Porque convocamos a un referéndum. Elegimos una vía en la que todos los partidos políticos aportan su visión, sus propuestas, sin excepción. El texto constitucional va a ser sometido a referéndum nacional. Es la mejor manera democrática.
–Los opositores critican que en esta reforma constitucional el artículo 19 convierte al rey en emir de los creyentes, es decir, que su figura es de mucho peso.
–El país es musulmán. El rey tiene un poder religioso. Hay unos que están a favor y otros que no. El monarca tiene la voluntad de poner a Marruecos en el siglo XXI, pero tenemos que buscar una democracia que sea consistente con nuestros valores.
–El último informe de Amnistía Internacional dice que en Marruecos se sanciona a los defensores de derechos humanos. ¿Qué responde?
–En Marruecos si hay abuso, se lo condena. Reconozco que no somos perfectos. El país es abierto, la gente puede protestar, tenemos una sociedad civil. Amnistía reconoce los avances.
–El informe señala “escasos” avances. También en cuanto a las reformas judiciales e institucionales.
–Cada país va a su ritmo. Nuestra voluntad es clara: avanzar hacia la democracia. Tenemos una juventud activa. Hay gente que va y se queja en la televisión.
–Amnistía alerta sobre el cierre de la cadena de noticias Al Jazeera en Rabat. ¿Por qué se cerró?
–No se cerró. Ellos se fueron de Marruecos. No respetaron el acuerdo entre el gobierno y el canal.
–En ese proceso de cambio, ¿está contemplado el reclamo de independencia de los saharauis? (N. de la R.: El Sahara Occidental es una ex colonia española anexada por Marruecos en 1975. El Frente Polisario y Rabat mantienen conversaciones bajo el auspicio de la ONU.)
–El asunto de los saharauis es otra cosa. Intentamos durante 20 años sin éxito implementar un referéndum sobre el futuro del territorio. Ahora Naciones Unidas decidió buscar nuevas alternativas y les pidió a las partes buscar una solución política. Dentro de este contexto Marruecos hizo una propuesta de autonomía. Que se olviden de la alternativa extrema de la independencia. Un Estado independiente en el Sahara Occidental no es viable. No existe un pueblo que se llame saharaui. Crear un Estado basándose en una etnia es muy peligroso. Queremos que se respete la integridad territorial de Marruecos.
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