EL MUNDO › LA DETENCIóN DE UN LíDER SEPARATISTA EN CAMBRIDGE COINCIDE CON EL FENóMENO ELECTORAL
El arresto de Gogeaskoetxea se produce en un momento político muy especial en el País Vasco. La tregua permanente, y con clara voluntad de fin del ciclo de la lucha armada, declarada por ETA permitió una alianza electoral exitosa.
› Por Oscar Guisoni
Desde Madrid
Vivía en una típica casa inglesa de dos pisos, pertenecía a un exclusivo club de squash, trabajaba como programador de software de una empresa y llevaba una vida normal, con su mujer y sus dos hijos. Pero el ciudadano francés que decía llamarse Cyril Macq resultó ser en realidad Eneko Gogeaskoetxea, y no era francés, sino vasco. La policía española lo sindica como uno de los máximos dirigentes de la banda y se lo acusa, entre otros delitos, de haber intentado matar al rey Juan Carlos I en 1997, en la inauguración del museo Guggenheim de Bilbao. Las fuerzas de seguridad británicas lo atraparon a última hora del pasado jueves y ahora será extraditado a España. Con su detención ya son 45 los etarras que han sido atrapados desde que ETA declarara el alto el fuego permanente en enero de este año, con lo cual la sangría de la organización, ya de por sí muy debilitada, no ha hecho más que empeorar.
El arresto de Gogeaskoetxea se produce en un momento político muy especial en el País Vasco. La tregua permanente, y con clara voluntad de fin del ciclo de la lucha armada, declarada por ETA permitió que se presentara a las últimas elecciones el brazo político de la izquierda nacionalista bajo el nombre de Bildu, una alianza de partidos independentistas que recoge el legado de Herri Batasuna, la histórica organización política que funcionó como brazo político del grupo armado. Bildu cosechó un impresionante triunfo en las últimas elecciones municipales y regionales y se hizo con el gobierno de la Diputación de Guipúzcoa y la Alcaldía de San Sebastián, entre otros municipios de gran importancia. En los últimos días, el Partido Popular encabezó una ofensiva política parlamentaria con el fin de expulsarlos de las instituciones que no tuvo mucho éxito.
La detención del presunto cabecilla etarra llega también mientras se produce el juicio contra Arnaldo Otegui, máximo dirigente político de la ilegalizada Batasuna. Otegui aprovechó que el juicio lo ha vuelto a colocar en el candelero de la prensa, para declarar esta semana que está convencido de que la lucha armada es ahora un estorbo para el proyecto político independentista, una señal muy clara a la debilitada estructura etarra para que bajo ningún concepto se le ocurra romper la tregua de forma unilateral, algo que causaría, a su juicio, un gran estropicio político a Bildu.
En la coalición nacionalista de izquierdas están convencidos de que gran parte de los votos que han obtenido en mayo han sido prestados por ciudadanos que comparten sus ideas, pero no el uso de la violencia, y que se trata de una apuesta de los vascos por la paz y por el camino hacia una solución definitiva del conflicto. Pero si ETA reaparece, afirman, esos votos se irán y es probable que el Parlamento español termine oyendo los cantos de sirena del Partido Popular y volviendo a expulsarlos de las instituciones públicas.
La detención de Gogeaskoetxea es quizá la más insólita de uno de los máximos dirigentes etarras en los últimos tiempos. Gogeaskoetxea no vivía en la clandestinidad, como suele ser lo habitual en estos casos, sino que estaba instalado en Cambridge desde hace al menos seis años, y vivía bajo una identidad falsa, alegando que era un ciudadano francés que prefería el áspero clima británico al de su país porque alegaba, según los vecinos, que era mucho más tranquilo. Hasta que un ciudadano español lo identificó como uno de los etarras más buscados, poniendo en alerta a la policía inglesa, que en colaboración con la Guardia Civil española destaparon su verdadera identidad y lo detuvieron. En el vecindario, donde era conocido como un hombre apacible y familiar, se quedaron sorprendidos con la operación policial.
Según la inteligencia policial española, Gogeaskoetxea pertenecía desde 2008 a la cúpula de ETA, junto a su hermano Ibon y a Mikel Kabikoitz, alias Ata, y habría asumido ese rol luego de la detención del histórico Txeroki, en noviembre de ese año. Aunque el dato contrasta con la vida pública que llevaba Eneko en Cambridge desde 2005, por lo cual ahora la Guardia Civil cree que el dirigente podría haber abandonado ETA desde hace unos años, tal y como dejó entender el ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, quien explicó que de los materiales incautados en su domicilio se podrá llegar a una mejor conclusión sobre el rol que juega actualmente en la organización.
Hace 14 años, Gogeaskoetxea participó en una sonada operación con la intención de asesinar al rey Juan Carlos, cuando se aprestaba a inaugurar el museo Guggenheim de Bilbao. Con esa intención preparó junto a un compañero de la organización tres jardineras con granadas anticarro y antipersonas, pero fue descubierto mientras las colocaba a la entrada del museo por un policía vasco al que asesinaron en la huida.
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