EL MUNDO › EL LIDER TIBETANO EN LA CASA BLANCA
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, desoyó las protestas del gobierno de China y recibió ayer en la Casa Blanca al Dalai Lama, líder religioso de los tibetanos, a quien le concedió una entrevista privada.
En declaraciones a la prensa a la salida de la reunión, el Dalai Lama aseguró que Obama se mostró preocupado por la situación del Tíbet.
“Obama es el presidente de la democracia más grande del mundo y naturalmente expresó su preocupación por lo que se refiere al respeto de los derechos humanos más elementales y la libertad religiosa en el Tíbet”, dijo el líder espiritual.
La reunión entre los dos premios Nobel de la Paz fue confirmada anoche a último momento. El gobierno estadounidense buscó en vano evitar el enojo de sus socios de Beijing, desde donde salió una protesta oficial.
Si bien Obama recibió al Dalai Lama, lo hizo con relativo bajo perfil, en un encuentro calificado por la Casa Blanca de “privado”, o sea ni oficial ni protocolar. La entrevista se desarrolló en el Salón de Mapas de la Casa Blanca y no en el Salón Oval, tradicionalmente utilizado para las reuniones con mandatarios extranjeros. Del encuentro no surgieron declaraciones de Obama ni de funcionarios de su gobierno. La Casa Blanca, no informó sobre el resultado de la reunión ni aportó detalles de lo ocurrido, más allá de las declaraciones del líder religioso. El encuentro no pudo ser registrado por la prensa, que apenas fue informada de los horarios de comienzo y final de la entrevista.
En un comunicado previo a la reunión, La Casa Blanca anunció que la reunión se haría para apoyar la identidad tibetana y alentar el diálogo entre los seguidores del Dalai Lama y el gobierno chino.
“Esta reunión subraya el fuerte apoyo del presidente Obama a la preservación de la identidad religiosa, cultural y lingüística única del país y a la protección de los derechos humanos para los tibetanos. Al igual que lo hiciera en el pasado, el presidente Obama destacará su permanente apoyo al diálogo entre los representantes del Dalai Lama y el gobierno chino para superar las diferencias”, dice el comunicado.
El encuentro anterior de Obama y el Dalai Lama fue en febrero de 2010 en Washington, lo que irritó a la dirigencia china, que calificó a la cumbre como una intromisión en los asuntos internos de su país. Los funcionarios de Beijing acusan al líder religioso de respaldar las aspiraciones independentistas del Tíbet.
Cuando la Casa Blanca anunció ayer que habría otro encuentro, China instó a los Estados Unidos a cancelarlo para no dañar las relaciones entre los dos países.
“Nos oponemos firmemente a cualquier reunión de altos funcionarios de gobiernos extranjeros con el Dalai Lama. Pedimos que Estados Unidos anule la decisión de Obama de reunirse con el Dalai Lama tan pronto como sea posible, y no hacer nada que pudiera interferir con los asuntos internos de China o en las relaciones chino-estadounidenses”, dijo el portavoz de la Cancillería china, Hong Lei, aseguró en un comunicado en la página web del ministerio.
China acusa al Dalai Lama de ser separatista y apoyar el uso de la violencia para establecer un Tíbet independiente. Por su parte el Premio Nobel niega esto, diciendo que quiere una transición pacífica a la autonomía para la remota región del Himalaya que China gobernó desde 1950, cuando las tropas chinas marcharon sobre Tíbet.
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