El escándalo de las escuchas telefónicas que se cobró los puestos de dos de los más destacados funcionarios de la policía británica causó el cierre de uno de los más famosos diarios del país, provocó 10 arrestos hasta ahora, llega a su punto cúlmine hoy. El fundador y el heredero del imperio mediático más famoso del mundo estarán en el centro de la escena en el próximo acto de la saga de las pinchaduras. Será un momento de dramatismo que no podrá competir con nada de lo que los medios británicos hayan producido antes.

Rupert y James Murdoch se sentarán ante un panel de miembros del Parlamento y se enfrentarán a preguntas sobre la empresa que ellos presiden que estuvo involucrada en escuchas telefónicas a “escala industrial”, le hizo pagos ilegales a funcionarios de la policía y buscó corromper el proceso democrático al sobornar a políticos. En sus respuestas, para las que estuvieron cuidadosamente preparados por un equipo de abogados y entrenadores de los medios, padre e hijo tratarán de rescatar una manchada reputación y de distanciarse de los graves delitos.

Lo harán bajo una intensa presión de sus propios accionistas, quienes han visto caer por casi un quinto –17,9 por ciento– el valor de sus acciones, desde que se supo que Millie Dowler, la niña secuestrada y asesinada, fue una de las víctimas de las escuchas por parte de los periodistas de la empresa. Las respuestas de los Murdochs también serán analizadas por un número de organismos investigadores, incluyendo los medios reguladores Ofcom, que está reuniendo evidencia sobre si News Corps es “adecuado” para tener una licencia de radiodifusión en el Reino Unido, y la Oficina de Fraudes Graves.

Para James Murdoch, la comparecencia ante los miembros del Parlamento será una prueba de fuego como ninguna otra. Mientras se preparaba para tomar su lugar frente al Comité de Cultura, Medios y Deportes de la Cámara de Comunes, se enfrenta a la crítica de aquellos que dudan que tenga las habilidades para dirigir el imperio de News Corps fundado por su padre.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: C. D.