EL MUNDO › OPINION
› Por Oscar Laborde *
Hoy asume Ollanta Humala la presidencia de Perú.
El primer elemento político lo constituye, indudablemente, que a la par de este acto protocolar se reunirá la Cumbre de la Unasur. El nuevo mandatario mantuvo ya una reunión de trabajo, semanas atrás, con María Emma Mejía, secretaria general del organismo. En ese marco señaló: “Mi prioridad es la Unasur...Voy a respetar los acuerdos que ha dejado el gobierno saliente”.
Esta actitud reconoce como antecedente muy valioso la gira que realizara Humala por un conjunto de naciones sudamericanas: Venezuela, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, a días de haber triunfado en la segunda vuelta del proceso electoral.
En ese momento adelantó concretamente: “Podemos participar, si es que los estados miembros del Mercosur así lo permiten, en otro tipo de mecanismo, más político”; dejando en claro con estas declaraciones cuál será la impronta de su gestión en el plano regional. Es más, planteó los ejes sobre los cuales debía darse ese proceso: “En un mundo globalizado es importante mirar a Sudamérica como un espacio de oportunidades, de mercado, de inversiones, y también para resolver los problemas que todos los gobiernos tenemos, sobre todo los latinoamericanos, como el tema de la educación, la seguridad, la salud, y buscar espacios donde podamos unirnos o fortalecer nuestras relaciones”.
Resulta también valioso resaltar su actitud frente a los viejos conflictos fronterizos que su país mantiene: “Queremos instaurar políticas de integración con todos los pueblos americanos y esto no implica una carrera armamentista”. Su mensaje está en absoluta sintonía con la nueva política de defensa que la Unasur acaba de ratificar en Buenos Aires con la creación de su Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa.
Como consecuencia de estas propias definiciones del presidente electo, el proceso de integración regional y de soberanía política se consolida y les genera nuevos desafíos a la Comunidad Andina de Naciones y al Mercosur.
Sin embargo, lo que potencia sus decisiones es incorporar esta perspectiva para afrontar los desafíos internos, pues Ollanta Humala se plantea continuar con el crecimiento económico pero con equidad e inclusión social; y lo hace por propia iniciativa, priorizando la región por sobre otros lugares o centros económicos del mundo. Es necesario recordar que su triunfo se asentó en los lugares más pobres y postergados del Perú profundo.
Es decir, los ciudadanos están ratificando un rumbo para la región, alejados de las soluciones que se plantearon en la década de los noventa, de los ajustes, de la injerencia de los organismos financieros en la vida concreta de los ciudadanos.
La asunción de Ollanta Humala es un paso muy importante en esa dirección porque fortalece a los organismos regionales y le da una mayor sustentabilidad política a la hora de tomar decisiones. Otro presidente que está más cerca de las necesidades y expectativas de su pueblo.
* Embajador. Representante especial para la Integración y la Participación Social de la Cancillería argentina.
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