David Petraeus, considerado el artífice de la estrategia de Estados Unidos en Irak, deja el uniforme y se pone al frente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en reemplazo de Leon Panetta. “Entrenaste a la generación del 11 de septiembre, que se volvió el mejor grupo de combatientes que hayamos tenido”, afirmó el vicepresidente Joe Biden, durante la presentación del ex militar.

Petraeus, que abandonó el ejército luego de 37 años de carrera, le agradeció al presidente Obama por la confianza en un viejo soldado y la oportunidad de seguir trabajando en misiones importantes. “Agradezco anticipadamente a los hombres y mujeres de la CIA, una organización grande con grandes personas.” Petraeus es autor del manual de contrainsurgencia del ejército de Estados Unidos que ofreció innovaciones en táctica y estrategia militar. Siendo comandante, el presidente George W. Bush lo puso al frente de la ocupación norteamericana en Irak, que en 2007 incrementó en 30.000 soldados una fuerza de casi 90.000. Esa iniciativa permitió controlar mejor la insurgencia e iniciar la transferencia gradual del control territorial a las fuerzas del gobierno iraquí.

En 2009 el presidente Obama replicó la estrategia de Bush hijo y destinó 30.000 soldados a un contingente de 75.000 bajo el mando del general Stanley McChrystal, quien casi un año más tarde cometió la imprudencia de hacer comentarios críticos sobre su gobierno en una entrevista publicada por la revista Rolling Stone. Tras la renuncia de McChrystal, en julio de 2010, Obama puso al frente de las operaciones en Afganistán a Petraeus, quien a su regreso de Irak había pasado a hacerse cargo del Mando Central (con jurisdicción desde el este de Africa hasta el sur de Asia).

Partidario de que las tropas norteamericanas se queden en Afganistán e Irak el tiempo que sea necesario, Petraeus hizo alianzas con los líderes sunnitas iraquíes para reducir los conflictos sectarios que estallaron tras la invasión en 2003.

Después de que Obama calificara de histórica la carrera del militar, a quien consideró uno de los máximos héroes de guerra de su país, Petraeus bien podría pensar en retirarse a disfrutar de su jubilación. Sin embargo, como hombre fuerte de la CIA, Petraeus deberá continuar el trabajo que llevó a cabo, durante casi un año, y mientras era comandante de los 140.000 soldados de la OTAN en Afganistán: controlar “la amenaza terrorista” y aniquilar a los enemigos de Al Qaida.

“Yo quería este trabajo”, dijo Petraeus a los senadores, que lo confirmaron en el puesto en junio, tras varias rondas de consultas. Washington considera que Obama tomó la decisión correcta al elegir al general de 58 años. El perfil de Petraeus señala que es más que un excelente estratega militar. Aficionado a la política, estudió en la Academia militar de West Point y se doctoró en Relaciones Internacionales en la Universidad de Princeton. Además, es considerado un intelectual con capacidad diplomática y mantiene una relación personal con varios miembros del Congreso.

Más aún, su nombramiento al frente de la CIA despertó elogios de los republicanos. “Los republicanos lo ven como un sólido conservador con obvias y fuertes relaciones con el Ejército y los aspectos de inteligencia de la política de defensa”, dijo el politólogo Cal Jillson de la Southern Methodist University de Texas, según publicó Reuters.

Según informó días atrás Radio Habana, Venezuela, Cuba y el resto de países miembros de la Alternativa Bolivariana para los pueblos de América (Alba) deben estar alerta porque Estados Unidos y sus aliados pueden tratar de ensayar con ellos el mismo modelo de “cambio de régimen” que están empleando en Libia. Al menos, eso fue lo que señaló el periodista e historiador alemán Ingo Niebel, en su reciente trabajo periodístico: “Lecciones de la guerra de Libia para Venezuela, Cuba y el Alba”. “Este modelo corresponde a la doctrina militar que defiende el nuevo director de la CIA, el general de Ejército David H. Petraeus: La guerra la hacen los correspondientes ‘nativos’, mientras que Washington se limita a prepararlos para tal operación y a lo mejor sólo interviene con su aviación y/o su armada, pero ya no con tropas terrestres, tal y como ocurrió en Irak y Afganistán”, apunta Niebel.