EL MUNDO › EL PAíS AFRICANO PROMETIó ENTREGAR A LOS MILITARES LIBIOS BUSCADOS POR CRíMENES DE LESA HUMANIDAD
Las órdenes de captura de la Corte Penal Internacional obligan a los firmantes del Estatuto de Roma, como Níger, a cumplirlas. La declaración de Níger llega días después de que un convoy de 250 vehículos entró al país desde Libia esta semana.
› Por Alastair Dawber *
Níger prometió ayer mantener sus obligaciones con la Corte Penal Internacional (CPI), cerrando el país como un lugar de exilio para Muammar Khadafi después de que dos de sus principales generales fueran los últimos en huir del asediado ex régimen. Las órdenes de arresto de Khadafi, su hijo Saif al Islam y el ex jefe de seguridad de Libia, Abdullah Senussi fueron emitidas en mayo, acusándolos a los tres de crímenes contra la humanidad. La movida obliga a los firmantes del CPI a arrestarlo. La declaración de Níger llega días después de que un convoy de 250 vehículos entró al país desde Libia a comienzos de esta semana, provocando especulaciones –negadas vehementemente por el régimen– acerca de que Khadafi se había ido al exilio.
“Somos los firmantes del Estatuto de Roma (del CPI), de manera que ellos saben a lo que se exponen si vienen. Níger es un país de derechos pero también respetamos nuestros compromisos internacionales”, dijo ayer el director del gabinete nigeriano, Massaoudou Hassoumi.
El número de militares y antiguos dirigentes libios que diariamente llega a Níger, muchos de ellos cercanos colaboradores de Khadafi, continúa en aumento. Níger se benefició mucho con la ayuda de Libia bajo Khadafi, pero ahora ha ofrecido asilo a un número de importantes asistentes que abandonaron el régimen. Los últimos, confirmado por Hassoumi ayer, son el general Ali Kana, que estaba a cargo de las tropas del sur de Khadafi, y el general Ali Sharif al Rifi, el comandante de su fuerza aérea. Estos dos oficiales, junto con otros también de alto rango, se albergaron en un hotel de la localidad que pertenece a la familia Khadafi. Viajaban a bordo de cuatro vehículos todoterreno provenientes de la ciudad rica en uranio de Arlit, situada a 240 kilómetros al norte de Agadez y a un millar de kilómetros de desierto de la frontera Libia.
“Están en Agadez bajo control”, dijo Hassoumi del centro regional de la zona norte a través de la cual el jefe de las brigadas de seguridad de Khadafi, Mansour Khao, pasó anteriormente esta semana camino a la capital Niamey. “Les permitimos entrar por motivos humanitarios. Nadie nos ha dicho que son personas buscadas. Los mantenemos vigilados pero no podemos detenerlos por nada.” El comentario del gobierno de Níger fue posterior a un anuncio de Interpol que también había emitido órdenes de arresto a los tres hombres.
“Muammar Khadafi es un fugitivo cuyo país de origen y la Corte Penal Internacional quieren el arresto y es responsable de los serios cargos contra él”, dijo el secretario general de Interpol, Ronald Noble.
El paradero de Khadafi y de Saif es desconocido, pero importantes elementos dentro del Consejo Nacional de Transición creen que ambos han permanecido en Libia, posiblemente en uno de los baluartes que siguen leales, como Bani Walid o Sirte. Se cree que Senussi murió junto con el hijo de Khadafi, Khamis, luchando en Tarhuna a fines del mes pasado. No obstante Khadafi sigue mostrándose amenazante. En un mensaje sonoro difundido por el canal Arrai, con base en Damasco, ironizó sobre las especulaciones sobre su paradero desde que pasó a la clandestinidad, tras la toma de su cuartel general de Trípoli por las fuerzas leales al CNT, el 23 de agosto.
“No les queda más que la guerra psicológica y las mentiras. Dijeron últimamente que vieron a Khadafi en un convoy hacia Níger”, afirmó.
“¿Cuántos convoyes de contrabandistas y de gente entran en el desierto cada día con rumbo a Sudán, Chad, Mali o Argelia? ¡Como si fuera la primera vez que un convoy avanza hacia Níger!”, afirmó. “Estamos preparados en Trípoli y por todos lados a intensificar los ataques contra las ratas y los mercenarios”, agregó.
El principal dirigente libio de facto, Mahmud Jibril, advirtió, en su primer discurso desde Trípoli, que “la lucha de liberación aún no está terminada” y que había que prever duras batallas en la zona de Sirte, bastión de los partidarios de Muammar Khadafi. Jibril habló la noche del jueves, después de que tropas del (CNT) que se dirigían hacia Bani Walid recibieran disparos de cohetes de fuerzas khadafistas que se encuentran en esta ciudad oasis.
“Encarnizados combates entre nuestras fuerzas y los partidarios de Khadafi se están desarrollando en zonas muy cercanas a Bani Walid”, según el comandante Abdalah al Jzami. Asimismo, soldados leales a Khadafi ayer lanzaron un contraataque en el Valle Rojo, a unos 60 km al este de Sirte, constató un periodista en el lugar. Los combatientes khadafistas lanzaron cohetes y obuses de mortero y atacaron por tierra, tanto en la carretera principal como en el desierto circundante.
El Valle Rojo, tomado el jueves por las fuerzas del nuevo régimen, constituía una de las principales líneas defensivas de los partidarios del coronel Khadafi antes de llegar a su bastión, Sirte. La contraofensiva comenzó con la llegada de un convoy de una decena de vehículos de los partidarios de Khadafi a la línea de frente, situada a la salida este de la localidad del Valle Rojo.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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