EL MUNDO › GUSTAVO PETRO, ACéRRIMO OPOSITOR DE URIBE, SERá EL ALCALDE DE LA CAPITAL COLOMBIANA
El economista y aguerrido político de izquierda ganó la intendencia por el movimiento Progresista. En Medellín se impuso el candidato liberal y en Antioquia el aspirante del Partido Verde. Buena elección en general para el oficialismo.
› Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Medellín
Los partidos tradicionales, los independientes y el oficialismo vivieron una reñida competencia durante las elecciones para autoridades locales ayer en Colombia, en las que perdieron candidatos apoyados por el ex mandatario Alvaro Uribe. Más de mil alcaldes de grandes ciudades y pequeños municipios fueron elegidos en una jornada donde votaron unos 16 millones de colombianos. En la capital, Bogotá, Gustavo Petro fue escogido como próximo alcalde con su propio partido, el movimiento Progresista, creado después de su campaña a la presidencia del país y su retiro del partido opositor Polo Democrático Alternativo. Petro obtuvo más de 700 mil votos, en momentos críticos para la capital. En la actualidad no está siendo gobernada por el anterior alcalde elegido, Samuel Moreno, tras escándalos de corrupción e investigaciones judiciales que lo inhabilitaron para asumir cargos públicos comprobando su participación en grossos actos de corrupción.
Al confirmar su éxito, Petro declaró a los medios que al resultar electo se logra “una victoria del deseo de cambio de la ciudad de Bogotá”. Para el ex senador y uno de los principales opositores del gobierno de derecha de Alvaro Uribe, uno de los principales retos de su alcaldía será “superar una crisis administrativa, integral, de la administración pública en Bogotá”, y catalogó su amplia ventaja en las votaciones como un “triunfo humilde”. Petro es economista y aguerrido político de izquierda en Colombia, que ha ocupado curules en el Senado como embajadas en Bélgica. Gustavo Petro también militó en la guerrilla Movimiento 19 de Abril (M19), que más tarde se desmovilizó. En la campaña presidencial pasada, Petro fue el candidato por el opositor Polo Democrático.
En Medellín, Aníbal Gaviria, del Partido Liberal, consiguió unos 235 mil votos que lo consolidaron como alcalde de una ciudad también en controversia, esta vez, por las denuncias múltiples sobre la participación directa de mafias a favor de uno de los candidatos: Luis Pérez Gutiérrez.
También movimientos ciudadanos conformados en Twitter como Firmes Contra Luis Pérez, sumaron desprestigio al político antioqueño que, por segunda vez consecutiva, es derrotado en las urnas. Su coequiper a la gobernación del departamento de Antioquia también fue derrotado por el matemático Sergio Fajardo, del Partido Verde. Fajardo fue alcalde de Medellín entre 2004 y 2007 y sembró, con su plan de gobierno, la llamada “transformación” de Medellín en infraestructura cultural y educativa, así como políticas para invertir los recursos públicos con prioridad en niños y jóvenes. Formó equipo con Gaviria para alcanzar las dos plazas electorales más importantes del país, tras la capital. Gaviria es hermano del asesinado ex gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, quien durante una marcha por la paz por las selvas colombianas fue secuestrado por la guerrilla y posteriormente fusilado en un intento de rescate.
Por su parte, Alan Jara, ex secuestrado por la insurgencia y quien vivió en cautiverio con Ingrid Betancourt, fue otro de los 32 gobernadores de provincias elegidos por los colombianos. Jara será el nuevo mandatario del departamento del Meta, importante escenario del conflicto armado que vive el país hace más de cincuenta años donde las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) continúan con importante presencia.
Recientemente, los ataques de esa guerrilla contra la población civil y comandos de las Fuerzas Militares vienen en incremento, por lo que la seguridad fue una de las principales preocupaciones para las elecciones de ayer, las primeras en el gobierno de Juan Manuel Santos. El presidente y sus ministros insistieron en su intención de evitar la injerencia de la las FARC y las bandas criminales paramilitares que se disputan el poder en múltiples territorios de Colombia. Al final de la jornada electoral, Germán Vargas Lleras, ministro del Interior, aseguró que los incidentes de orden público “fueron menores”. Con 300 mil hombres de las fuerzas militares, el gobierno quiso garantizar la tranquilidad en los comicios donde además de alcaldes y gobernadores se escogieron los 12 mil concejales municipales, 418 diputados, y 4627 ediles de juntas locales. Según Vargas Lleras, “el proceso transcurrió en absoluta normalidad, en un 71 por ciento se redujeron los incidentes que tuvieron lugar a lo largo de la jornada”.
Lo más preocupante, para algunos, ocurrió previo al día electoral con las constantes amenazas y presiones de grupos ilegales a candidatos en todos los rincones del país. De ellos, 41 fueron asesinados en esta campaña, por lo cual organizaciones de derechos humanos llamaron la atención sobre las garantías del ejercicio democrático en Colombia. Al final de la jornada, el oficialismo resultó ganador en las alcaldías nacionales, consiguiendo la mayoría de éstas por el Partido de la U, el mismo del presidente Juan Manuel Santos, creado por Alvaro Uribe. Este último, sin embargo, fue el gran perdedor de la jornada, pues los candidatos que apoyó en alcaldías locales y gobernaciones resultaron todos derrotados.
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