Desde Roma

Definir cómo estará compuesto el nuevo gobierno, por cuáles partidos y por cuáles hombres, cuáles serán sus objetivos y en cuánto tiempo deberán ser cumplidos son los temas que ocupan el debate político de Italia desde que el pasado lunes Silvio Berlusconi anunció que renunciará luego de la aprobación de las medidas económicas solicitadas por la Unión Europea. Pero los partidos no se ponen de acuerdo. Algunos, como el de centroizquierda Partido Democrático (PD), el de centroderecha Futuro y Libertad, los ex democristianos de la Unión de Centro y otros menores, parecen aceptar que para salir de la difícil crisis económica se dé pie a un gobierno técnico, tal vez dirigido por el economista Mario Monti, pero de amplia participación. Y no descartarían incluso la presencia de hombres del berlusconismo.

Otros, como el partido Italia de los Valores (IDV), liderado por el ex juez de la campaña judicial Manos Limpias en la década del ’90, Antonio Di Pietro, exigen varias condiciones y, sobre todo, no creen que un gobierno provisorio pueda ser la solución, más aún si permite la participación de la gente de Berlusconi, que ha llevado al país casi a la bancarrota.

¿Cómo es posible que para apagar el incendio llamemos a los piromaníacos?, pregunta en una entrevista con este diario el diputado Leoluca Orlando, tres veces alcalde de la ciudad de Palermo, en Sicilia, y actual portavoz de IDV.

“Creo que el hecho de que Berlusconi se vaya es muy importante, en el sentido de que él ha destruido la credibilidad internacional de nuestro país, ha secuestrado las instituciones italianas, obligando al Parlamento a ocuparse de leyes pera garantizarle la impunidad y permitirle el conflicto de intereses. Todos estos años hemos tenido un dictador de tercer milenio. Hemos sufrido la mortificación de la democracia y estamos pagando costos altísimos. Por lo cual librarse de Berlusconi es importante. Pero se trata de entender si el nuevo gobierno significará liberarse de él o será la enésima confirmación de que permanecerá en el poder aunque no esté en el gobierno.”

–¿Pero usted cree que Berlusconi se va realmente?

–Sí, creemos que no hay duda de que se va. Sólo que, saliendo por la puerta, tratará de entrar por la ventana como se dice comúnmente.

¿O sea que ustedes no apoyarían un gobierno supuestamente presidido por Mario Monti?

–Monti es un economista muy estimado. Pero el problema no es él sino qué va a hacer ese gobierno. Yo puedo confirmar nuestra posición. Nosotros estamos convencidos de que, en primer lugar, hay que cambiar la ley electoral. Hecha poco antes de 2006, ha sido una de las razones de la crisis de este país. Porque con esta ley se vota la lista y no el candidato con nombre y apellido. En segundo lugar tenemos que dar repuesta a los mercados internacionales a través de un golpe serio a la evasión fiscal y a los réditos parasitarios, reducir el gasto público y reformar las instituciones. En tercer lugar, hay que llamar a elecciones. Nosotros estamos convencidos de que el próximo gobierno debe ser un gobierno libre de Berlusconi y del berlusconismo.

–¿IDV está a favor de elecciones inmediatas?

–Sí, nosotros creemos que hay que ir rápidamente a elecciones, en un par de meses. Porque es necesario que de allí salga un gobierno con un programa. Un programa que supondrá sacrificios, pero será un gobierno que tendrá credibilidad internacional y consenso democrático.

–¿Y qué se hace hasta el momento de las elecciones?

–El gobierno que se haga ahora debería fijar la fecha de las elecciones. Porque es evidente que Berlusconi está tratando de ponerse detrás de Mario Monti, que es una persona muy respetada a nivel nacional e internacional, y arrastrar al nuevo gobierno también al opositor Partido Democrático, indicar sus propios ministros y estar un año y medio en esta confusión. Y en el 2013 ir a elecciones y presentarse él como el salvador de la patria. Por eso algunos hablan de gobierno BB, que no es bed and breaksfast ni Brigitte Bardot sino Berlusconi-Bersani, el secretario del PD.

–Si se va a elecciones en dos meses, ¿cuándo se cambiaría la ley electoral?

–Para cambiar la ley electoral se requieren diez minutos en la Cámara y diez en el Senado. Porque se trata simplemente de volver a la ley precedente, que permitía elegir el candidato con nombre y apellido.

–¿No sería demasiado caro hacer nuevas elecciones en este momento de crisis?

–Ha sido mucho más caro no hacerlas. Porque si Berlusconi hubiera renunciado hace un año, las cosas no estarían como están. Desde hace un año nosotros no tenemos un mal gobierno, tenemos un “no gobierno”.