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Hay licencia para matar si el objetivo es Saddam
La guerra está lenta, pero la Casa Blanca tiene un plan para acortarla: que la CIA asesine a Saddam Hussein y los suyos.
Desde hace una semana, agentes de la CIA y grupos de operaciones especiales están en Irak para matar a Saddam y a funcionarios clave de su gobierno. Según fuentes del gobierno estadounidense consultadas por el diario Washington Post, los espías ya habrían matado a “más de un puñado de personas”. Estas mismas fuentes sugirieron que “no todas las explosiones en Bagdad se debieron a bombas y misiles”, sugiriendo que estos agentes habrían detonado explosivos en la capital iraquí. Como las tropas regulares han encontrado gran resistencia, Bush espera que sean los agentes de la CIA y el Pentágono los que asesinen a Saddam y derroquen a su gobierno. Esto precipitaría el fin de los combates terrestres.
Varios agentes encubiertos de la CIA están operando desde hace una semana en zonas urbanas de Irak para tratar de matar a miembros del círculo íntimo de Saddam, que incluye a dirigentes del partido Baaz y comandantes de la Guardia Republicana especial. Según el diario Washington Post, estos agentes, que proceden de la división paramilitar de la CIA y del grupo de operaciones especiales de las fuerzas norteamericanas, incluyen francotiradores y expertos en bombas. Según el diario, funcionarios del gobierno estadounidense informaron que los agentes mataron a “más de un puñado de personas”. Ayudados por los servicios de inteligencia de otros países, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) son las encargadas de identificar las casas, oficinas y otros lugares frecuentados por los funcionarios de la cúpula iraquí.
Esta operación, que hasta ayer se mantenía en secreto, sugiere que los esfuerzos de Estados Unidos para destruir a la cúpula iraquí son más extensos que lo que se suponía. Según el Washington Post, el ataque del 20 de marzo contra un complejo residencial en los suburbios de Bagdad fue lanzado después de que el director de la CIA, George J. Tenet, le entregara a Bush información de inteligencia de que Hussein y sus dos hijos dormían en ese complejo. La CIA se negó a hacer declaraciones sobre esta información. Y la vocera del Pentágono, Victoria Clarke, se limitó a comentar que, “como dijimos antes, tenemos fuerzas especiales en el norte, oeste y sur de Irak”. Como las tropas regulares anglo-estadounidenses se han encontrado con una inesperada resistencia, las esperanzas del gobierno estadounidense están puestas en las unidades encubiertas de la CIA y el Pentágono. Se espera que éstas maten a Saddam y derroquen a su gobierno, lo que precipitaría el fin de los combates terrestres.
Según el Post, la CIA y la NSA también han puesto en marcha operaciones psicológicas para asustar a miembros claves del gobierno de Saddam y tratar de que traicionen al líder iraquí. Estos equipos encubiertos son sólo una parte de la gran guerra invisible que la CIA y el Pentágono están librando en Irak. La CIA también está organizando tribus del norte del país para que se subleven contra el gobierno. Además, sus agentes están buscando armas de destrucción masiva y misiles y para eso planean interrogar a desertores y prisioneros de guerra iraquíes. El Post dijo que ningún funcionario norteamericano pidió que no se publicaran los detalles de las operaciones en Irak, como según el diario ha pasado con otros artículos sobre inteligencia.
Los agentes encargados de asesinar al presidente iraquí y sus funcionarios tienen armas sofisticadas y equipos de comunicaciones para identificar rápidamente los blancos. Según la fuente consultada por el diario de Washington, no todas las explosiones en Bagdad se debieron a bombas y misiles, sugiriendo que éstas habrían sido detonadas por los espías. Desde el 11 de septiembre de 2001, la CIA ha recibido luz verde para llevar a cabo operaciones más arriesgadas como matar personas. La agencia tiene una lista de 30 terroristas, “blancos altamente valorados”, y ha designado unidades militares encubiertas como la Fuerza Delta para ubicar, capturar o matar a estos hombres, que según la CIA son miembros de la red Al-Qaida. El Post dijo que ningún funcionario norteamericano pidió que no se publicaran los detalles de estas operaciones, como según el diario ha pasado con otros artículos sobre ciertos temas de inteligencia.
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