El presidente de Estados Unidos vivió un nuevo round en la pelea que mantiene con la oposición norteamericana. Barack Obama advirtió ayer a los republicanos que no es tiempo de jueguitos políticos y volvió a reclamar a los legisladores de esa fuerza que apruebe la extensión del alivio impositivo para los salarios de clase media, por un lado, y la nominación del controlador de los préstamos hipotecarios.

“Después de la peor crisis económica que hayamos experimentado en nuestra vida, algunos aún desean regresar a las mismas políticas que nos llevaron a este desastre: son las mismas políticas que les colocaron la trampa a los trabajadores estadounidenses durante demasiado tiempo”, sentenció el mandatario norteamericano durante su habitual discurso radial de los sábados, que además es reproducido en video.

“Las políticas impulsadas por los republicanos forman parte de una filosofía que dice que estamos mejor cuando (en realidad) todos quedan para valérselas por su cuenta y jugar bajo sus propias reglas”, consideró el mandatario demócrata. Lanzado a conquistar su reelección, Obama se encuentra en plena campaña de cara a los comicios presidenciales que se realizarán en noviembre del año próximo. En sus últimos discursos y apariciones en público, el presidente norteamericano se abrazó a la cuestión económica para ubicarla en el centro de su esfuerzo, haciendo especial mención a su intención de devolverle a la clase media parte de la calidad de vida perdida a causa de la recesión.

Actualmente, Obama debe enfrentarse a una tasa de desempleo que trepa al 8,6 por ciento y a la oposición de los republicanos en el Congreso, donde la extensión de un recorte sobre los salarios de los trabajadores de clase media ha sido rechazado hasta ahora. Los republicanos también se negaron a votar la designación del ex procurador Richard Cordray como jefe de la nueva agencia controladora de préstamos para hipotecas y de otros tipos. Cordray es quien debería controlar los abusos cometidos contra los consumidores.

“¿Creen los republicanos en el Congreso que nuestra crisis financiera tuvo lugar debido a demasiada supervisión de los prestamistas de hipotecas o de los cobradores de deudas?”, se preguntó el presidente. Y respondió a continuación: “Definitivamente, no”. “Cada día que pase en Estados Unidos sin que se tenga un nuevo controlador de protección del consumidor es otro día que los negocios deshonestos pueden identificar a estudiantes, personas de la tercera edad y miembros del servicio y aprovecharse de ellos”, aseguró.

Al mismo tiempo, Obama insistió con la responsabilidad que deben asumir los legisladores republicanos en el Congreso: “Deben dejarse de jueguitos y prolongar el recorte de impuestos de salarios para los trabajadores del país. Si no lo hacen, casi 160 millones de estadounidenses experimentarán una subida de impuestos al final de este mes”, dijo.