EL MUNDO › EL PRESIDENTE MAHMUD ABBAS FUE EL ENCARGADO DE IZARLA EN PARíS
Abbas llamó a la comunidad internacional a reconocer a su país como Estado soberano del mismo modo que la Unesco.
El negro, blanco, verde y rojo le dieron vida a un cielo plomizo que anunciaba la inminente llegada del chaparrón en el otoño europeo. Acompañada por el estandarte de la ONU, la bandera palestina flameaba ayer en el mediodía francés, y bajo una intensa lluvia, en la sede parisina de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), por primera vez. El encargado de izarla, un mes y medio después de que la Autoridad Palestina (AP) fuera aceptada como miembro de ese organismo, fue el mismo Mahmud Abbas, en presencia de la directora general de la Unesco, Irina Bokova, y de medio centenar de diplomáticos, en una ceremonia solemne, pero no por eso menos emocionante. El acto oficial fue acompañado por el himno nacional palestino, mientras el hombre de mil batallas levantaba lentamente los colores de su tierra. Al finalizar el encuentro, y antes de reunirse con Nicolas Sarkozy, Abu Mazen (nombre militar de Abbas) expresó su deseo de que el reconocimiento como miembro pleno de la Unesco sirviera como primer paso para la plena admisión internacional del Estado palestino.
“Estamos orgullosos de que, pese a la ocupación y al bloqueo, siempre hayamos obrado por mantener nuestro patrimonio, incluido el religioso”, confió el líder, y exteriorizó su esperanza de que los palestinos tengan, en el futuro, “un Estado independiente, que viva al lado de Israel en un espíritu de paz”. “Es emocionante ver nuestra bandera izada y que pueda flamear en esta hermosa ciudad de París, entre todos los otros Estados”, agregó. “Esta admisión es un primer reconocimiento. Espero que esto sea un buen presagio para la admisión de Palestina en otras organizaciones internacionales”, insistió el mandatario de la AP. Pese a las presiones norteamericanas e israelíes, que se expresaron sobre la cuestión palestina antes, durante y después de la Asamblea de septiembre en la ONU, Palestina fue incorporada como el Estado número 195 de la organización por una amplia mayoría el 31 de octubre: 107 países votaron a favor, 14 se opusieron y hubo 52 abstenciones.
Las represalias no se hicieron esperar. Pocas horas después de que se conociera el resultado de la votación, el gobierno de Estados Unidos (el mayor contribuyente de la Unesco, con aportes que ascienden al 22 por ciento de su presupuesto total) anunció, siguiendo dos leyes norteamericanas que prohíben a la Casa Blanca financiar una agencia de la ONU que reconozca a los palestinos como Estado, que bloquearía los 60 millones de dólares que tenía previsto desembolsar antes de fin de año en el órgano internacional. Sólo había transcurrido un mes desde que Abbas solicitara, en representación del pueblo palestino, formar parte de la ONU como miembro de pleno derecho.
Si bien aún no se tomó una decisión al respecto, todo indica que la iniciativa presentada por Abbas fracasará. Con los oídos completamente cerrados ante el reclamo internacional que reconoce el derecho de Palestina a ingresar a la ONU, Estados Unidos ya adelantó que piensa rechazar el pedido de Abbas, cuando se discuta en el Consejo de Seguridad de la ONU, único órgano con capacidad de resolución para otorgarle la membresía a un nuevo Estado.
Estados Unidos e Israel, su principal aliado, insisten en que sólo un tratado de paz, que deberá discutirse en la mesa de negociaciones entre las partes en conflicto, podrá establecer un Estado palestino reconocido universalmente. Del otro lado, las autoridades palestinas señalan que han sido pacientes durante 20 años de conversaciones, que sólo condujeron a un callejón sin salida. En este diálogo de sordos, Abbas aseguró, sin embargo, que su país no abandonará el esfuerzo para ser reconocido como miembro pleno de la ONU y de otras instituciones internacionales.
“Todavía no solicitamos una votación (en el Consejo de Seguridad), pero esto podría suceder en cualquier momento. Si no tenemos una mayoría, repetiremos nuestro pedido una y otra vez –afirmó el líder palestino–. Planeamos dirigirnos a todas las organizaciones internacionales. Pero elegiremos el momento correcto para hacerlo”, adelantó.
“Esta ceremonia de la izada de bandera no hará nada para hacer avanzar la causa de la paz y de la reconciliación”, dijo Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, desde Jerusalén. “El multilateralismo nunca ha sido tan importante como hoy. El ingreso de Palestina como miembro de la Unesco debe suponer para todos una oportunidad de unión en torno de valores compartidos y ambiciones de paz renovadas”, señaló Bokova durante la ceremonia.
La adhesión a la Unesco permitirá a Palestina pedir el reconocimiento como Patrimonio Mundial de la Humanidad de veinte yacimientos arqueológicos, entre ellos la Basílica de la Natividad, que los palestinos quieren ver reconocida en 2012. La tumba del profeta Abraham, en Hebrón, un lugar santo tanto para los judíos como para los musulmanes, figura como otro de los lugares en la lista.
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