EL MUNDO
› SIRIA E IRAN REAFIRMAN SU POSTURA A FAVOR DE IRAK
Los nuevos amigos de Saddam
La guerra en Irak está provocando la hasta ayer poco probable afluencia de voluntarios árabes para combatir codo a codo con un régimen poco querido como el de Saddam Hussein. Pero más aún, está haciendo que los propios gobiernos contrarios al iraquí estén acercándose a Bagdad. El vicepresidente sirio Zuhair Masharqa reiteró que la guerra en Irak “busca controlar el petróleo iraquí y dibujar el mapa de la región según los intereses de Israel, Estados Unidos y Gran Bretaña”. El gobierno norteamericano hizo anteayer duras acusaciones contra Siria e Irán, países no demasiado amigos de Saddam Hussein. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, llegó ayer a Turquía, pero no se sabe si trae alguna exigencia de la Casa Blanca respecto de las bases aéreas allí.
La situación respecto a Siria e Irán comenzó a tensarse en particular cuando Powell y el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, enfrentados dentro de la administración Bush, se unieron para atacar a Siria e Irán por su supuesta ayuda a Irak. El tono fue a su vez levantado aún más por el ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, quien acusó a Siria de permitir la entrada de material ruso a Irak y de hacer “declaraciones antiisraelíes”. Antes del comienzo de la guerra, el premier israelí Ariel Sharon había ordenado a sus ministros no hablar bajo ningún punto de vista de la situación en Irak para evitar poner el dedo en la vinculación Israel-Estados Unidos a los ojos del mundo árabe.
El vicepresidente sirio, citado por la agencia oficial de noticias siria (SANA), insistió en que “con esta agresión Estados Unidos ignora las voces del mundo, de la legitimidad internacional y los informes de los inspectores internacionales de desarme sobre Irak”. Masharqa reiteró que Damasco está “a favor de la causa palestina y del cese de las agresiones contra Irak” y recalcó la importancia de la “solidaridad y unidad árabe para enfrentarse a la guerra de Estados Unidos y Gran Bretaña”. Hasta este fin de semana, Siria había adoptado una posición contraria a la guerra en su papel de miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, pero siempre había dejado en claro que no apoyaba a Saddam Hussein. Lo mismo ocurre con Irán, que ayer reiteró que “los iraquíes están resistiendo, y eso es lo que habíamos predicho”.
Los gobiernos del mundo musulmán que están entrando en colisión seria con Estados Unidos y Gran Bretaña no se limitan a los tradicionales enemigos de Washington. El gobierno de Yemen, un aliado de Estados Unidos en la “guerra contra el terrorismo”, advirtió hoy que la guerra contra Irak puede llevar a la región a la devastación y a un aumento de los atentados terroristas en todo el mundo.