El presidente de Bolivia, Evo Morales, pidió ayer a la Asamblea Legislativa una norma que respalde el derribo de avionetas en caso de que éstas trasladen droga o precursores. “Necesitamos una ley para derribarlas. Si alguna no obedece a ciertas instrucciones para que pueda aterrizar, si estamos informados y convencidos de que es una avioneta que está sacando droga o trayendo precursores, pues necesitamos de estas normas. Será responsabilidad de la Asamblea Legislativa”, subrayó el primer mandatario. Morales se refirió en esos términos al entregar de manera oficial el sistema de armas de aviones K-8 para la lucha contra el narcotráfico y participar en la presentación de once subtenientes de la Fuerza Aérea calificados en el pilotaje de helicópteros de ala rotatoria, en la base aérea de Cochabamba. El presidente manifestó que naciones vecinas cuentan con este tipo de legislación, situación que en Bolivia aún no existe y que podría contribuir acertadamente en la lucha contra el narcotráfico que se realiza en el país.

Destacó por otro lado la preparación de los once oficiales y anunció la compra de cuatro helicópteros para reforzar la iniciativa de la Fuerza Aérea. “Que sean preparados nuestros pilotos, que de esa manera serán modelo y eso requiere más esfuerzo”, señaló. Pidió de los uniformados el cuidado de los equipos, y a los técnicos preparados en China les solicitó brindar un efectivo mantenimiento a las avionetas, para obtener resultados positivos por el bien del país. “Es una forma de prestar servicio al pueblo”, indicó. A su turno, el comandante de la Fuerza Aérea Tito Gandarillas aseguró que esa fuerza está lista para comenzar en adelante la lucha contra el narcotráfico. Mencionó que se aguarda la adquisición de radares que serán los ojos para interceptar aeronaves ilícitas e ilegales que violen la soberanía del Estado como también vuelos implicados en el narcotráfico.

El presidente volvió a pedir a la comunidad internacional y a los países industrializados, donde existe un mayor consumo de cocaína, un adecuado apoyo tecnológico para efectivizar la cruzada contra el flagelo del narcotráfico, en el marco de la responsabilidad compartida, como la necesidad de contar con radares y helicópteros. Los seis aviones chinos K-8 fueron ensamblados en Cochabamba por la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).

Las aeronaves fueron adquiridas con una inversión de 57,8 millones de dólares y ensamblados en el Centro de Mantenimiento de Cochabamba con piezas y equipos de alta tecnología provenientes de China. Los aviones tienen una velocidad máxima de 430 nudos.