EL MUNDO › EL ELECTO JEFE DE GOBIERNO ESPAñOL RECORTARá TODOS LOS PRESUPUESTOS PARA REDUCIR EL GASTO PúBLICO, MENOS LAS PENSIONES
El objetivo será un recorte por 16.500 millones de euros en el 2012. Sus planes pasan por una reforma laboral que priorice los contratos fijos y un aumento de la productividad, por ejemplo suprimiendo las prejubilaciones.
El presidente electo del gobierno español, Mariano Rajoy, anunció un duro programa de ajuste que recorta todos los presupuestos, para reducir el elevado gasto público, con excepción de las pensiones. “Ese es el objetivo, ese es nuestro compromiso y a él nos vamos a atener: 16.500 millones de euros de reducción del déficit en el año 2012”, aseguró el líder conservador, sin ningún tipo de miramientos, durante el acto de asunción como jefe de Estado de España. “El único compromiso de aumento de gasto que escucharán hoy es la actualización del poder adquisitivo de las pensiones”, subrayó el líder del derechista Partido Popular (PP) y firme defensor de los programas de austeridad del Fondo Monetario Internacional. Rajoy señaló, durante el debate de investidura en la Cámara de Diputados, que las previsiones de crecimiento para la economía española no son optimistas en lo inmediato. Y dio casi por descartado que España pueda cumplir con las metas de déficit en el 2011. Incluso fue más allá, al advertir que su país sufrirá una severa contracción económica en el cuarto trimestre. “El de-sequilibrio entre ingresos y gastos del conjunto de las administraciones públicas se saldará este año –aseguró Rajoy–, según las previsiones de la vicepresidenta (saliente, Elena) Salgado, con más de 65.000 millones de euros de déficit, un 6 por ciento de nuestro PBI.”
Y anunció para enero una Ley de Estabilidad Presupuestaria, con el objetivo puesto en realizar una fuerte reducción del déficit público de un 9,3 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) a fines de 2010 a un 4,4 por ciento al finalizar 2012. Se espera que, de acuerdo con esa ley, la deuda pública española se reduzca progresivamente y pase del actual 69 por ciento del PBI al 60 por ciento en 2020, límite máximo establecido por la Comisión Europea.
Durante su discurso de presentación del programa del gobierno, que asumirá formalmente mañana, Rajoy destacó que también trabajará para hacer descender la elevada tasa de desempleo que heredó de los socialistas. “No descansaré hasta lograr el objetivo fundamental de crear empleos”, prometió el futuro jefe de gobierno, tras señalar que el desempleo ya afecta a 5,4 millones de personas, es decir, casi al 23 por ciento de la población activa. Esa cifra se dispara si en las mediciones se toma en cuenta cuánto afecta el desempleo a los jóvenes, donde trepa al 47 por ciento, siendo el porcentaje más alto de la Unión Europea.
Otra de las prioridades será una reforma laboral que prime los contratos fijos –“la indemnización por despidos es muy elevada en España”– y aumento de la productividad –se suprimirán las prejubilaciones y los puentes festivos–. El próximo jefe del gobierno español también insistió en la necesidad de llevar a cabo una nueva reforma estructural del sector financiero, con más fusiones.
Asimismo, Rajoy admitió que el panorama económico de España y sus perspectivas inmediatas no son para nada halagüeñas y no pueden ser más sombrías. Por esta razón, invitó a todas las fuerzas representadas en el Parlamento a un diálogo abierto y transparente para hacer frente a la peor crisis que afronta el país en los últimos 35 años. Acorralado por las preguntas de Alfredo Pérez Rubalcaba –líder del opositor Partido Socialista y competidor en de Rajoy en las elecciones generales– sobre cómo piensa obtener ingresos y reducir en 16.500 millones el déficit, Rajoy señaló que no tiene intención de subir el IVA u otros impuestos y consideró que esa medida no es razonable por las dificultades que están teniendo las empresas y los españoles.
También dijo que las medidas más urgentes serán adoptadas por el Consejo de Ministros el próximo 30 de diciembre. En esa reunión, que será la segunda de su gobierno –la primera se celebrará el próximo viernes–, se aprobará la revalorización de las pensiones y la prórroga de los presupuestos generales del Estado, ya que los nuevos no serán presentados hasta marzo, cuando su Ejecutivo conozca las cifras definitivas de las cuentas del Estado. Su gobierno también llevará adelante una profunda reforma del sector público para rebajar costos y eliminar duplicidades entre el Estado central y las administraciones de las 17 comunidades autónomas que forman el territorio español.
El discurso de Rajoy fue calificado como decepcionante por algunos de los líderes de los grupos parlamentarios. El portavoz socialista José Antonio Alonso dijo que el mensaje enviado por Rajoy a los españoles había sido muy ambiguo y falto de concreción. Pérez Rubalcaba dijo que el líder conservador anunció “lo bueno” y eligió silenciar las medidas más duras que piensa aplicar. Para la Coalición Izquierda Unida (IU) quedó claro que se trató de un discurso que representó un trámite ante el Parlamento, porque la aprobación que le importa a Rajoy es “la de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy”. El líder de IU, Cayo Lara, sostuvo además que Rajoy trazó una continuidad con las políticas de recortes iniciadas por Zapatero, medidas a las que consideró “injustas”, porque hacen recaer todo el peso de las mismas en la clase trabajadora y en los más desfavorecidos. La elección de Rajoy como presidente del gobierno está garantizada con los votos del PP, que cuenta con una mayoría absoluta.
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