El líder del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, fue investido ayer por el Congreso de los Diputados como el sexto presidente del gobierno español desde el regreso de la democracia a la Península Ibérica. La votación en el Parlamento se saldó por una amplia mayoría de 187 votos a favor, 149 en contra y 14 abstenciones. “Me siento contento porque fueron muchos años trabajando”, dijo Rajoy en sus primeras palabras como presidente electo, ante los periodistas que lo escuchaban desde los pasillos del hemiciclo. “Tengo ganas, ilusión y determinación para llevar a España adelante”, agregó e insistió con el hermetismo al asegurar que recién hoy dará a conocer a los ministros que lo acompañarán en el nuevo gabinete.

“No puedo comprometerme a nada más que a reducir el déficit público”, señaló Rajoy, respondiendo a las críticas de la oposición sobre su falta de concreción en los recortes, que el PSOE prevé se realizarán en la educación y sanidad públicas. Durante su intervención en el Parlamento, Rajoy aseguró que la prioridad de su proyecto de recuperación nacional será reducir la tasa de desempleo que hoy se encuentra en el 21,5 por ciento, es decir, cerca de cinco millones de personas.

El presidente saliente, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, estuvo ayer por última vez en el hemiciclo de la Cámara. Meses atrás había anunciado que después de las elecciones abandonaría la vida política. El PSOE, en tanto, anunció que llevará adelante una oposición responsable. Según su líder parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba, esa fuerza defenderá una “salida justa de la crisis que reparta los esfuerzos en función de las posibilidades de cada uno”.

En la tarde de ayer, Rajoy recibió una llamada telefónica del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para felicitarlo por su reciente investidura como nuevo jefe del Ejecutivo. Según informaron fuentes del PP, Rajoy conversó durante unos diez minutos con Obama, quien mostró su disposición a mantener unas relaciones excelentes entre España y Estados Unidos.