El voto negativo de la Argentina a la realización de una sesión especial de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas donde se pretendía analizar la actuación de los ejércitos angloamericanos en la invasión a Irak le valió al canciller Carlos Ruckauf un pedido de juicio político. Elisa Carrió, una de las impulsoras del proyecto, aseguró que “la neutralidad del Gobierno da cuenta de su cinismo, porque el apoyo de (Geroge W.) Bush a la neutralidad de (Eduardo) Duhalde desnuda su complicidad”. A su turno, la diputada Alicia Castro consideró que “el autoritarismo y el fascismo de Ruckauf no es nuevo. Y su actitud da cuenta del alineamiento al imperialismo de Estados Unidos en desmedro de nuestros socios del Mercosur”. Rápido de reflejos y con ironía, el ministro los acusó de “inventar y usar la guerra para ver si levantan votos”.
El proyecto lleva la firma de una decena de legisladores donde además de Carrió y Castro están, entre otras, las de Francisco “Barba” Gutiérrez (Polo Social), el socialista Héctor Polino y los legisladores del ARI Mario Cafiero, Alberto Piccinini, Eduardo Macaluse, Irma Parentella, Marcela Bordenave y Fernando Melillo. Luis Zamora de Autodeterminación y Libertad y Patricia Walsh de Izquierda Unida firmaron el proyecto, pero no participaron de la conferencia de prensa donde lo presentaron.
Carrió consideró que la actual política exterior que desarrolla Duhalde es de “un cinismo espantoso” y demuestra que “el Presidente no es más que un puntero de Lomas de Zamora”. La candidata presidencial del ARI indicó que “no es creíble la posición de neutralidad que pregona el Gobierno. Mucho menos si se tiene en cuenta el respaldo que dio a esta posición el gobierno de los Estados Unidos. Esta es la prueba de que Duhalde es cómplice de Bush”.
Al momento de hablar, Cafiero destacó que “la posición del Ministerio de Relaciones Exteriores implica que la cuestión de los derechos humanos del pueblo iraquí vaya a una vía muerta” y agregó que Ruckauf debe ser enjuiciado por “irresponsabilidad moral” al considerarlo “cómplice de los crímenes de guerra” por oponerse al tratamiento en la ONU de la protección de la sociedad civil en Irak. Cafiero sostuvo además que el canciller desarrolló una política “hipócrita y ambivalente” que se tradujo en una serie de declaraciones en contra de la guerra, “pero que en los hechos funcionó como ladero de los Estados Unidos”.
El bonaerense dijo que los argumentos que utilizó el canciller para justificar la votación son “infundados” y dan cuenta, advirtió el legislador, de “un preocupante desconocimiento del derecho internacional humanitario”.
La diputada del Frente por el Cambio no fue menos dura que sus colegas. Castro señaló que el voto negativo en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU “definitivamente pone en línea a la Argentina con los Estados Unidos al tiempo que se desprecia la posición del Mercosur”. Advirtió además que una de las posibles consecuencias de este nuevo encolumnamiento con los Estados Unidos “sea el voto contra Cuba en la ONU tal como lo impulsa Bush”.
Enterado del pedido de juicio político, Ruckauf convocó de inmediato a una conferencia de prensa. Se valió de toda la ironía posible para responder al lamentar que “la izquierda argentina, en lugar de unirse cuando hay algo común, busque pelos en el huevo y diga que hemos votado distinto que América latina en Ginebra”. Sin embargo, y tras reconocer que Argentina votó de manera diferente que Brasil, Cuba y Venezuela, aclaró que “nuestro país, junto con Francia y Alemania, es decir los dos países que hicieron frente a Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, dijimos que la discusión de la guerra era en el Consejo de Seguridad y el Tribunal Penal Internacional”, señaló.