Además de Irán, Siria también se encuentra en la mira de la Unión Europea, que ayer aprobó nuevas prohibiciones de viaje y congeló activos contra ese país en protesta por la represión que lleva adelante el gobierno de Bashar Al Assad. Al mismo tiempo, Damasco y la oposición rechazaron el acuerdo de paz que propuso la Liga Arabe durante el fin de semana. El nuevo paquete de sanciones contra Siria afecta a 22 personas y ocho entidades, cuyas identidades serían publicadas en el diario oficial del bloque europeo. “Creo que la violencia ha ido demasiado lejos y cada día que se prolonga esta agonía es peor”, puntualizó al término del cónclave europeo el canciller sueco, Cardl Bildt. La UE intenta presionar para que la ONU condene la violencia en Siria, pero se ha visto frenada por los gobiernos de Rusia y China, opuestos a la medida.

Paralelamente a la decisión tomada por la UE, el gobierno sirio rechazó el acuerdo de transición sugerido por la Liga Arabe. La propuesta fue considerada por Damasco como una “flagrante intromisión en los asuntos internos” del país, que forma parte de la conspiración en contra del gobierno, según informó la agencia de noticias iraní Sana. El plan de la Liga Arabe incluyó la dimisión de Al Assad, la formación de un gobierno nacional interino que incluya a la oposición y la extensión de su misión de observadores.