A pesar del frío que se abatía sobre el mediodía de Madrid, los españoles salieron ayer a las calles con la firme decisión de apoyar a Baltasar Garzón. Al menos 20 mil personas convocadas por la plataforma Solidarios con Garzón caminaron por las principales arterias madrileñas para acompañar al magistrado de la Audiencia Nacional, que está siendo juzgado por el Tribunal Supremo. Con una temperatura que apenas arañaba los diez grados, la movilización marchó por la capital española –encabezada por sindicalistas, actores y artistas—, encolumnada detrás de una bandera con la foto del juez y cuyo slogan fue “Contra los crímenes de la vergüenza”. Conocido mundialmente por haber llevado ante la Justicia al dictador chileno Augusto Pinochet, Garzón espera la sentencia en el primer juicio en su contra por supuestas escuchas telefónicas ordenadas por él contra abogados e implicados en la trama de corrupción y lavado de dinero del caso Gürtel, que salpica al gobernante Partido Popular.

Al frente de la protesta estuvieron los líderes sindicales más importantes de España, Cándido Méndez, de UGT, e Ignacio Fernández Toxo, de Comisiones Obreras; los diputados de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara y Gaspar Llamazares; los socialistas Pedro Zerolo y Soraya Rodríguez; y los actores y actrices Diego Botto –hijo de desaparecidos de la dictadura argentina—, Marisa Paredes, José Sacristán, Aitana Sánchez Gijón y Pilar Bardem.

“Van a por él” y “Garzón, amigo, el pueblo está contigo”, corearon los manifestantes de viva voz. Las muestras de apoyo se replicaron en Córdoba, Granada, Zaragoza, Melilla y Logroño, entre otras ciudades. La marcha de Madrid, que partió desde plaza de las Salesas, muy cerca del Tribunal Supremo, finalizó en la plaza de Canalejas, sin poder ingresar a Puerta del Sol. “Decidimos comenzar a marchar desde el lugar donde funcionó el Tribunal de Orden Público franquista”, señala Jordi Gordon, portavoz de la plataforma Solidarios con Garzón. La intención de ese colectivo y de los grupos de memoria y manifestantes era ingresar a Plaza del Sol para mostrar que la Comunidad de Madrid fue también sede de la Dirección General de Seguridad y de la policía franquista, donde se torturaba y asesinaba a quienes se expresaban contra el régimen. Sin embargo, no consiguieron permiso de las autoridades locales para hacerlo.

El acto culminó con la lectura de poemas de Miguel Hernández, Antonio Machado y Marcos Ana. “Cada uno de los poetas leídos representa una parte de la tragedia española, con el exilio, la muerte, la cárcel y el intento de recuperar la libertad y democracia por la que seguimos luchando”, asegura Gordon en diálogo telefónico con Página/12. “Estas causas iniciadas contra Garzón son los juicios de la vergüenza, porque no sólo representan una afrenta a las víctimas que murieron luchando por la libertad, sino que ponen en cuestión la propia democracia española y el Estado de derecho”, agrega el vocero.

A su vez, advierte que a partir del juzgamiento del juez, se produce la paradoja de que Francisco Camps (uno de los implicados en la trama por el caso Gürtel) ha sido absuelto por corrupción mientras el ex magistrado de la Audiencia Nacional es sentado en el banquillo de los acusados. “Garzón se puede convertir en la última víctima del franquismo, en un país en el que ninguno de los torturadores ha asumido ninguna responsabilidad hasta el momento”, sostiene Gordon. Y remarca la necesidad de recordar que España carga con 130 mil desaparecidos y que muchos familiares desconocen todavía dónde fueron enterrados sus seres queridos. “Durante cuatro décadas hubo miles de detenidos y expulsados, hasta la muerte del dictador, en 1975. No podemos dejar olvidar todo esto”, exige el militante.

Los organismos de derechos humanos y los grupos de memoria volverán a manifestarse mañana, en la víspera de la sentencia al juez español. “Vamos a estar a las 10 frente al Tribunal Supremo apoyando a Garzón y a los familiares de las víctimas que van a comparecer como testigos, depende de lo que decida el Supremo seguiremos peleando contra estos juicios injustos, por la memoria de las víctimas y por la democracia”, adelanta Gordon y asegura que no se trata de un problema del pasado, sino del presente y del futuro. “Sin condena contra el franquismo es imposible que se cierren las heridas de la dictadura, si la gente no sabe lo que pasó no podremos superar ese pasado. Con el sólo hecho de que Garzón se haya sentado en el banquillo ya hemos perdido calidad democrática”, sentencia. Esta es, sin duda, una semana clave para el futuro del juez que intentó ir a fondo contra los delitos cometidos por la dictadura de Francisco Franco.