EL MUNDO › JOSEFINA VáZQUEZ MOTA GANó LA INTERNA DE LA DERECHA MEXICANA
Autora de un best-seller de autoayuda, la política mexicana hasta ahora evitó referirse a temas candentes de su país como el narcotráfico, el oligopolio mediático y la pobreza. Dijo que su principal reto es ganarle al PRI.
› Por Gerardo Albarrán de Alba
Desde México DF
La derecha mexicana ya tiene con quien competir por la presidencia de la república el próximo 1º de julio. Es una mujer, Josefina Vázquez Mota, autora del best-seller de autoayuda Dios mío, hazme viuda por favor, escrito cuando se dedicaba a dar charlas de superación personal, justo antes de ocupar su primer cargo público, hace casi 12 años: fue diputada federal, en 2000, pero casi inmediatamente saltó a la Secretaría de Desarrollo Social, invitada por Vicente Fox.
Pocas definiciones hay alrededor suyo, pues hasta ahora ha evitado comprometerse en los asuntos más urgentes para el país, como el narcotráfico, el oligopolio mediático o el empobrecimiento generalizado de la población. Vázquez Mota es una “esfinge sonriente”, como la definió Sergio Aguayo, profesor del Colegio de México, al referirse al gesto inamovible que ha sostenido en su rostro desde hace meses, y que la noche del domingo no alteró pese al inocultable placer de la victoria.
“Es difícil saber qué hay debajo de la piel que habita Josefina”, coincide la investigadora Denis Dresser, académica del Instituto Tecnológico Autónomo. “Es un enigma si seguirá la política de pactos con el PRI y con su parte más podrida, para instrumentar reformas como ha sido el caso del sexenio de Felipe Calderón, aunque acaben diluidas.”
Vázquez Mota, de formación economista, comenzó a soñar con ser presidenta de México desde hace no mucho, cuando lo declaró a la revista del corazón Quién, a la que abrió su casa y ante la que expuso a sus hijas, que se han convertido en elementos de su discurso de campaña. “Hoy me comprometo a cuidar a sus familias como he cuidado a la mía, a defender a sus hijos y a sus nietos como he cuidado a mis hijas”, dijo al ser reconocida como virtual candidata panista.
La carrera política se Vázquez Mota tomó un nuevo cariz en 2005 al convertirse en una de las operadoras de la alianza del PAN con Televisa, que llevó a Felipe Calderón a la presidencia en medio de acusaciones de fraude electoral contra el líder de la izquierda y ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador.
En esa administración, Vázquez Mota se convirtió en secretaria de Educación, pero fue aplastada por el poder de la lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, y fue removida del cargo. Terminó esta administración de vuelta como diputada federal y coordinadora de la bancada derechista, hasta que renunció el pasado 6 de septiembre para contender por la nominación que el domingo por la noche finalmente obtuvo.
Luego de más de un mes de campañas internas, en las que contendió con Ernesto Cordero –ex secretario de Economía y delfín de Felipe Calderón– y el ex senador Santiago Creel, Vázquez Mota ganó el domingo la nominación por un amplio margen: alrededor del 55 por ciento de los votos de militantes y adherentes del PAN, contra poco más de 38 por ciento de Cordero y un apenas testimonial 6,1 por ciento de Creel. El absoluto desencanto con Calderón contribuyó al triunfo interno de Vázquez Mota, quien poco a poco se ha separado de quien fue su jefe político. De hecho, apenas hace un par de años, Vázquez Mota rechazó la candidatura que le ofreció Calderón para contender por el gobierno del Estado de México, de donde salió el que será candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el ex gobernador Enrique Peña Nieto.
A él le dedicó Vázquez Mota su primera arenga electoral, al ofrecer que derrotará “al verdadero adversario de México, a quien representa el autoritarismo y lo peor de la práctica antidemocrática, a quien representa el regreso hacia la corrupción como sistema y la impunidad como condena, ese adversario es Peña Nieto y su partido”. Con ese discurso, la virtual candidata panista exhibió que para ella no existe la izquierda ni el que será nuevamente su candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, la mayor lucha que tiene en lo inmediato aún es dentro de su partido. Vázquez Mota necesita deslindarse de las últimas dos administraciones panistas, la de Vicente Fox y la de Felipe Calderón. El primero dilapidó el capital político con el que desplazó al PRI del poder y se instaló en la corrupción; el segundo ha estado marcado por la deslegitimación política, por la nunca borrada sospecha de fraude electoral, y la violencia que ha costado más de 50 mil muertos en cinco años.
Pocas posibilidades tendrá de encabezar un tercer gobierno de derecha en México si el electorado la identifica como la continuidad de dos administraciones que han sido desastrosas para el país en lo económico, lo político y lo social.
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