EL MUNDO › EL úLTIMO, POR FILTRAR UNA PINCHADURA
› Por Elena Llorente
Desde Roma
Los problemas judiciales del ex primer ministro Silvio Berlusconi parecen no tener fin. Ahora, a los dos juicios actualmente en el tapete se les agrega un tercero por el caso de la compañía de seguros Unipol. Curiosamente, en contra de la fiscalía que había solicitado que el caso fuera archivado, la jueza de las investigaciones preliminares de Milán, María Grazia Domanico, decidió enviar a juicio a Silvio Berlusconi por una escucha telefónica de su opositor, el entonces secretario del Partido Democrático Pietro Fassino, que fue publicada por un diario de propiedad de la familia Berlusconi.
En la escucha, Fassino comentaba positivamente con el entonces director de Unipol, Giovanni Consorte, la supuesta conquista de parte de la compañía de aseguraciones de una cuota accionaria mayoritaria del Banco Nazionale del Lavoro (BNL) diciendo: “¿Entonces ahora tenemos un banco?”. La transcripción fue publicada por el diario Il Giornale como una primicia en diciembre de 2005.
Unipol es una compañía de seguros nacida en la década del ’60 y comprada poco después por la Liga de las Cooperativas, también conocida como “cooperativas rojas” por ser mayormente comunistas. En los años ’70 entraron a formar parte de Unipol las tres centrales sindicales, CGIL (comunista), CISL (democristiana) y UIL (socialista). Hoy Unipol cotiza en la Bolsa y es propietaria de una parte de BNL. Pero la compra de la mayoría accionaria en BNL no fue a buen puerto, acusada por las autoridades de ser una operación puramente especulativa.
La publicación de la escucha, aunque Fassino no tenía nada que ver con la maniobra de Unipol y dado que Consorte estaba siendo investigado judicialmente por otros asuntos, desacreditó a todo el centroizquierda que estaba empeñado en ese momento en ganarle las elecciones de 2006 a Berlusconi.
Al concluir las investigaciones preliminares, el fiscal Maurizio Romanelli pidió que la investigación fuera archivada porque no había ninguna prueba de que Berlusconi estuviera implicado en la violación de la información judicial secreta.
Il Cavaliere se presentó espontáneamente ayer en el aula del proceso y explicó que efectivamente recibió la grabación de manos de un especialista en escuchas de la Fiscalía, pero que tenía un recuerdo borroso porque recibía decenas de personas por día. También aseguró que nunca escuchó la grabación de Fassino porque, de lo contrario, se acordaría. La sospecha es que haya sido el propio Berlusconi quien pasara la cinta a la dirección de Il Giornale para su publicación con fines electorales. Las palabras de Berlusconi no convencieron a los jueces que después de dos horas de deliberaciones decidieron enviarlo a juicio. El proceso comenzará el próximo 15 de marzo en Milán.
Por la publicación de esa interceptación telefónica fueron acusados precedentemente un operador de la empresa Research Control System (RCS), que se ocupa de las escuchas de la Justicia, y el editor de Il Giornale, Paolo Berlusconi, hermano de Il Cavaliere. La gente de RCS salió rápidamente de escena porque pactó la pena (ndr: si uno se declara culpable sin ir a juicio disminuye la pena máxima) o eligió el procedimiento judicial abreviado. Paolo Berlusconi está todavía siendo procesado. Durante el juicio, el director de RCS, Roberto Raffaelli, admitió haber llevado a la casa de Berlusconi en Arcore el file audio con la llamada entre Consorte y Fassino.
Indignado por la decisión de la jueza milanesa, uno de los abogados de Berlusconi, Nicolo Ghedini, comentó que se trataba de “otra movida de la Justicia de Milán”. “Es una historia increíble. Es evidente la voluntad de los jueces de llevar a Berlusconi al enésimo proceso”, dijo a los periodistas al salir de la audiencia. Aclaró, además, que Berlusconi nunca dio orden de que la grabación se publicara.
Los líos judiciales de Berlusconi continúan esta semana con la audiencia del caso Mills, el sábado, y el 14 de febrero con la decisión de la Corte Suprema sobre el caso Ruby, la joven de origen marroquí que participaba de las fiestas del bunga bunga y por lo que Berlusconi está acusado de corrupción de menores y de abuso de poder.
En el caso Mills –en el que Berlusconi está acusado de haber corrompido al abogado inglés, David Mills, para que declarara falsamente en un juicio en su contra– se espera la arenga final del fiscal el sábado y, tal vez ese día o la semana próxima, la de la defensa. Sobre el caso Ruby, el 14, la Corte Constitucional comunicará su decisión en cuanto al conflicto de atribuciones planteado por el Parlamento. Según las Cámaras, Berlusconi sólo puede ser procesado por el llamado Tribunal de Ministros, una corte que enjuicia a los funcionarios cuando han violado alguna norma de su cargo, y no por la Justicia común.
Pero Il Cavaliere no parece preocuparse. Según la prensa italiana, tiene una nueva novia, esta vez colombiana, 44 años más joven que él, y dice que se presentará en las elecciones de 2013 como candidato a diputado, pero que no quiere ser primer ministro. Ver para creer...
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