EL MUNDO › EL CONSERVADOR DE PENNSYLVANIA ESTIRó LAS PRIMARIAS AL GANAR TRES ESTADOS
Después del inesperado triplete, los candidatos rápidamente se desplegaron para cortejar a los votantes antes de las competencias en Arizona y Michigan, en tres semanas, y luego en los 11 estados en el “Super Martes” del 6 de marzo.
› Por David Usborne *
Desde Denver
Rick Santorum, el conservador social que rugió para arrebatarle tres estados al supuesto favorito, Mitt Romney, en la carrera por la nominación republicana el martes a la noche, dijo que su campaña había reunido un cuarto de millón de dólares online a pocas horas de sus victorias y que rápidamente estaba ganando velocidad. “Estamos haciendo muy, muy bien la recaudación de fondos”, dijo ayer Santorum mientras se preparaba para tratar de capitalizar su asombroso triunfo en Colorado, Minnesota y Missouri. “Definitivamente somos la campaña con más empuje y entusiasmo en el terreno.”
Aunque el paso frenético de la estación de las primarias y los caucases afloje un poquito, con nada en la agenda hasta un debate televisivo dentro de dos semanas, los candidatos rápidamente se desplegaron para cortejar a los votantes antes de las competencias en Arizona y Michigan, dentro de tres semanas, y luego en los 11 estados en el “Super Martes” del 6 de marzo. Aunque esto todavía puede ser una carrera que Romney pierda, los eventos dramáticos el martes a la noche fueron un recordatorio de que todo es imprevisible. Salió tercero en Minnesota, detrás del ex senador de Pennsylvania, Santorum, y del congresista libertario de Texas, Ron Paul. En Missouri, Santorum le ganó a Romney por 30 puntos, aunque ahí no era un resultado vinculante y fue ayudado por el fracaso de Newt Gingrich, que no inscribió su candidatura en esas primarias. Lo más asombroso fue la noche de nervios en Colorado, un estado que Romney creía tener en el bolsillo y que terminó perdiendo por cinco puntos a manos de Santorum. Igualmente asombrosa es la inversión de la suerte de Santorum, quien no convirtió su victoria en Iowa –declarada tardíamente– en ningún tipo de ímpetu en las carreras subsecuentes, pero que, de pronto, puede alardear de haber ganado cuatro estados contra tres de Romney y uno de Gingrich.
Romney todavía deja atrás a sus rivales en el número de delegados que lo apoyan para la convención del Partido Republicano en agosto. Por cierto, bajo las reglas crípticas, Santorum no gana inmediatamente los nuevos delegados de la votación del martes, pero es probable que sí lo haga más adelante. No obstante, el dinero y las ventajas de organización todavía están en manos de Romney.
Sin embargo, las cosas parecían muy distintas ayer, aun si en esta carrera el ímpetu puede quitarse tan rápidamente como es dado. El candidato más lejos en la carrera es Gingrich, quien pensó que él iba a ser el abanderado conservador que detuviera a Romney. Ahora puede entregarle su posta a Santorum, quien ya puede oír los distantes ruidos de la artillería disparada hacia él.
Un muy abatido Stuart Stevens, un alto estratega político de Romney, explicó dónde cree él que están las grietas en la armadura de Santorum: en sus antecedentes como senador de Estados Unidos e insider de Washington, particularmente en tomar “dinero para proyectos estatales” para pequeños proyectos en su estado. “Quiero decir que es alguien que ha estado involucrado en Washington durante un largo tiempo, y ése es un enfoque completamente diferente al del gobernador Romney”, dijo Stevens, parado en un salón vacío donde, momentos antes, su candidato había hablado con partidarios sin siquiera tratar de darle un giro positivo al resultado espantoso. “No creo que sea un momento en que la gente esté mirando hacia Washington para solucionar los problemas con Washington.”
Romney debe tener cuidado con no enojar a los conservadores del Partido más de lo que ya están. También debe encontrar formas de granjearse más el cariño en las bases republicanas.
En un desesperado discurso post-resultados, ofreció un nuevo cuento sobre su padre George, el ex gobernador de Michigan, y el truco que había desarrollado cuando era un yesero aprendiz. “Aprendió cómo ponerse un puñado de clavos en su boca y escupirlos hacia adelante”, dijo Romney. El candidato sonrió lánguidamente, consciente de que los cuentos sobre su padre no son un sustituto de los cuentos sobre sí mismo para hacerlo parecer más humano.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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