EL MUNDO › LA CARRERA POR LA NOMINACIóN REPUBLICANA ESTá ABIERTA: EL MORMóN VENCIó POR UN PUNTO A SANTORUM EN OHIO
Mitt Romney ganó en seis de los diez estados que estaban en juego el martes. El electorado republicano está dividido entre el que vota por ideología (a Santorum) y el que opta por el más elegible (Romney).
› Por David Usborne *
Desde Colombus, Ohio
La campaña de Mitt Romney se movió agresivamente ayer para discutir que las victorias en seis de los diez estados del supermartes significa que ninguno de los candidatos rivales tiene la posibilidad de reunir a los delegados que necesita para que él no logre la nominación y para aplastar los rumores de que, cuando se realice la convención del partido, Romney no tenga una mayoría de delegados en agosto.
Pero la explosión de propaganda, hecha en memos, informes a periodistas y apariciones en televisión por el candidato, fue contraatacada por un nuevo estallido de un largo debate desde dentro del ala conservadora del partido preguntando por qué Romney no actuó más convincentemente, perdiendo tres estados con Rick Santorum y uno con Newt Gringrich.
Fue una victoria por un escaso margen en el estado clave de Ohio lo que despertó el debate más angustioso. Mientras que una derrota aquí hubiera sido mucho más seria para Romney, el hecho de que haya ganado a duras penas por un punto sobre Santorum llevó a que muchos se preguntasen sobre su candidatura. ¿Por qué no parece capaz de sellar el trato? ¿Dónde está el golpe de knockout del supermartes?
“Puede tener las matemáticas”, dijo Robert Zimmerman, un miembro del Comité Nacional Democrático, “pero ha perdido el impulso”. Dan Schnur, un republicano y ex asesor de campaña de John McCain, también vio un resultado mixto. “La buena noticia para Romney es que todavía es el favorito. La mala es que las dudas sobre su candidatura van a crecer más.”
Si hubo una urgencia en los mensajes desde el campo de Romney fue porque la próxima etapa parece rocosa. El voto del caucus (asamblea partidaria) en Kansas el sábado, seguido por competencias la semana que viene en Mississi-
ppi y Alabama, ofrece nuevos horizontes para Santorum, que tiene mucha razón en declararse la única alternativa viable. Illinois, que vota el 20 de marzo, es también un estado donde Romney puede tropezar. Un memo de Romney explicaba por qué es imposible que alguien lo pueda alcanzar en el número de delegados –Romney tiene un estimado de 415 delegados, mientras Santorum tiene 176, Newt Gingrich 105 y Ron Paul 47–, pero no dice cómo espera alcanzar el número mágico de los 1144 necesarios para obtener la nominación.
“El supermartes redujo radicalmente la probabilidad de que alguno de los gobernadores opositores de Romney pueda obtener la nominación republicana”, decía el memo. “Mientras los opositores del gobernador Romney intenten ignorar el principio básico de matemáticas, a la única persona con posibilidades de ganar a la que están ayudando es al presidente Obama.”
Que Romney tocara el tema de que la carrera puede no estar sellada, matemáticamente por lo menos, antes de la convención de Tampa, fue en sí mismo una admisión de debilidad. “Una cosa les puedo decir con seguridad”, dijo en CNBC, “y es que no va a haber una convención donde una nueva persona entre y se convierta en nominado”.
Los bloggers conservadores corrieron a pinchar el globo de Romney. “Me estaría preguntando quién de mi equipo de campaña llega ahí primero”, escribió Erick Erickson, del blog conservador RedState. “Si yo fuera Mitt Romney estaría preguntándome cómo gasté 5,5 veces más que Rick Santorum y apenas gané en Ohio.”
Las encuestas a boca de urna en Ohio y Tennessee mostraban que cuatro de cada diez votantes estaban insatisfechos con los candidatos que habían elegido. Tenían a Santorum ganándole fácilmente a Romney entre los cristianos evangelistas, los conservadores rurales y los obreros republicanos. En Ohio, mientras que sólo el 22 por ciento dijo que Romney entendía sus problemas, de Santorum el 31 dijo que los entendía.
Los votantes se están aglutinando en estas primarias en dos grupos bien diferenciados: los que dan prioridad a la ideología y apoyan a Santorum y los partidarios de respaldar al candidato más “elegible”, que apuestan por Romney. Santorum, un devoto católico y contrario al aborto, logró una buena cosecha en el supermartes, con cómodos triunfos en Tennessee y Oklahoma, en ese medio oeste que tan fiel le ha sido hasta el momento, y una victoria por sorpresa en Dakota del Norte.
Pero el caso de Santorum era débil para cacarear. Si hubiera ganado en Ohio podría haber sido diferente. “Para Romney, una victoria es una victoria”, dijo Peter Brown, de la encuestadora Quinnipiac. “Terminar segundo, apenas detrás del primero en Ohio, es bueno para Santorum, pero segundo es segundo. ¿Cuál es su argumento para los donantes? ¿Salgo segundo por pocos puntos?”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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