El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, debió poner la cara ante Cuba y comunicarle que será excluida por sexta vez consecutiva de la Cumbre de las Américas, para beneplácito de Estados Unidos, que celebró la decisión. Ante este panorama, los países de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) podrían boicotear la cumbre.

El gobierno de Colombia anunció ayer que no podía invitar a Cuba a la cumbre, ya que no pudo lograr el consenso entre Estados Unidos y los países que participaron de estas reuniones desde 1994, que son los 34 miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA). Este organismo multilateral viene cediendo terreno desde la creación de la Unasur, la ALBA y Celac.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, había propuesto en febrero a sus pares del ALBA –siete países del bloque, más Cuba– no acudir a la cumbre si la isla era excluida. Por estas horas, el presidente de Ecuador no había tomado la decisión de acudir o no a esta cumbre. Santos viajó el miércoles a La Habana para reunirse con sus pares cubano, Raúl Castro, y venezolano, Hugo Chávez. Allí les comunicó que su país no podrá invitar a Colombia al encuentro de Cartagena de Indias del 14 y 15 de abril, porque no existe consenso en el continente. “Los dirigentes cubanos fueron muy generosos al señalarnos que no quieren ser la piedra en el zapato y no quieren ser problema ni para Colombia ni para la cumbre”, se atajó Santos ayer. El presidente venezolano, que convalece en La Habana luego de una operación, donde le extrajeron un tumor cancerígeno, dijo que el Consejo Político de la ALBA formado por los cancilleres seguirá estudiando el asunto. “Chávez le ratificó a Santos la posición histórica de Venezuela de rechazar la exclusión de Cuba de este tipo de cumbres, llamadas de las Américas, y la necesidad de celebrar un debate para que el continente logre que se levante el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba”, destacó el Ministerio de Exteriores venezolano en un comunicado.

El gobierno de Estados Unidos celebró la decisión y dijo que espera ver una gran concurrencia en la Cumbre de las Américas de abril. “La mayoría de líderes de la región ve el gran mérito que tienen estas reuniones”, dijo el subsecretario interino de Asuntos Públicos del Departamento de Estado, Mike Hammer, en la primera conferencia de prensa en español de esa agencia estadounidense.

“No hubo ninguna sorpresa. Fue la crónica de una exclusión anunciada”, dijo el canciller cubano Bruno Rodríguez, que agradeció a Colombia sus gestiones para que la isla participe de la cita continental. Rodríguez dijo que la exclusión de Cuba por parte del gobierno de Estados Unidos es inaceptable e injustificada y forma parte del bloqueo genocida e ilegal que mantiene sobre este país desde hace más de cincuenta años.

También dijo que el desprecio y la arrogancia estadounidense ofende la dignidad de América latina y señaló que estas cumbres, así como la OEA, sólo sirven para que Estados Unidos ejerza su dominación.

Rodríguez recordó que Cuba nunca pidió ser invitada a estas cumbres, ni antes ni ahora, y que en el caso de Cartagena se limitó a expresar que aceptaría ir si era invitada en igualdad de condiciones y derechos. El canciller dijo que para la fecha en que se realice la cumbre, el pueblo estará en playa Girón recordando la epopeya revolucionaria.

En la reunión en La Habana, que duró cuatro horas, Santos se comprometió a presentar el tema para que ese país pueda asistir a la siguiente cita de gobernantes, probablemente en Panamá. El canciller cubano se refirió a esa posibilidad. “Para Cuba no es aceptable que en una reunión privada entre el gobierno de Estados Unidos y América latina y el Caribe se trate este tema en su ausencia”, recalcó el canciller. “La presencia de Cuba en Cartagena, desde la distancia, será inocultable, como ocurrió en el año 2009, cuando tuvo lugar la V Cumbre en Trinidad y Tobago.”