El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó ayer su solidaridad con el pueblo de Siria, con motivo del primer aniversario del inicio de la revuelta popular que es reprimida de manera sangrienta por el gobierno. Por otra parte, decenas de miles de sirios salieron ayer a las calles a manifestar su apoyo al presidente Ba-shar al Assad (foto), en una demostración de fuerza del régimen. Según la agencia oficial Sana, “millones de sirios afluyeron para decirle al mundo que el pueblo sirio ha escogido la unidad nacional y la estabilidad”. En momentos en que esas gigantescas manifestaciones se llevaban a cabo en varias ciudades, entre ellas Damasco, las fuerzas del régimen intensificaban su sangrienta ofensiva contra los bastiones rebeldes, sobre todo en Idleb (noroeste), y dispersaban manifestaciones de opositores. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) estima que la represión ha causado más de 9000 muertos, en su mayoría civiles, desde el 15 de marzo de 2011, día en que estalló la revuelta, cuya importancia es negada por el régimen, que la califica de terrorismo. Simultáneamente, las seis monarquías árabes del Golfo decidieron cerrar sus embajadas en Damasco para manifestar su rechazo a la prosecución de la sangrienta represión en ese país, anunció a primera hora de hoy el secretario general de su organización regional, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG).