Por Isabel Piquer *
Desde Nueva York

En el marco de un programa creado para formar a nuevos policías iraquíes, el gobierno de Estados Unidos ha contratado a una empresa privada que durante los años ‘90 estuvo salpicada por un escándalo de prostitución y trata de blancas en el transcurso de una misión muy similar en Bosnia. DynCorp, una consultora militar que lleva muchos años trabajando para el Pentágono, debería mandar a 150 expertos a Irak para proveer asistencia técnica y legal a las nuevas fuerzas de seguridad, bajo la supervisión del “virrey” encargado de la reconstrucción del país, el general retirado Jay Garner. En total, EE.UU. espera desplegar a 1200 consultores, funcionarios, ex agentes y abogados para crear la futura policía y establecer un sistema legal en Irak. Un primer contingente de 26 expertos, al que seguirán los 150 de DynCorp, saldrá en los próximos días para evaluar la situación.
DynCorp es una de las principales empresas subcontratantes que la diplomacia y el ejército estadounidenses utilizan en regiones del mundo donde no desean tener una presencia demasiado visible. En estos momentos, la consultora participa en la lucha contra el narcotráfico en Colombia, Bolivia y en Perú, integra parte de las operaciones internacionales de policía en Kosovo, Bosnia y Timor Oriental y se ocupa del mantenimiento de la fuerza aérea de Kuwait y Arabia Saudita, tal y como consta entre las “oportunidades de empleos internacionles” de su página web. El pasado septiembre, el Pentágono contrató a DynCorp para proteger al presidente afgano Ahmed Karzai poco después del fallido atentado contra su vida, en sustitución de sus propias fuerzas especiales. Es un negocio sumamente lucrativo. La facturación de la empresa con sede en Reston (Virginia) alcanzó el año pasado los 2000 millones de dólares. La ventaja de usar este tipo de compañías es que, en caso de problemas, el gobierno estadounidense no es directamente responsable. Hace 10 días, una avioneta de DynCorp que fumigaba campos de coca en Colombia se estrelló y su piloto murió. Era el tercer incidente de este tipo desde principios de año pero ni la embajada en Bogotá ni DynCorp dieron explicaciones.
Ha habido otros incidentes. En julio del 2001, la revista The Nation publicó que, según un informe de la DEA (la oficina contra el narcotráfico), la policía colombiana había interceptado un paquete con heroína destinado a uno de los empleados de la oficina de DynCorp en Florida. El caso más grave ocurrió a finales de los ‘90 en Bosnia. Cuando el Congreso limitó a 20.000 la presencia de soldados estadounidenses en la zona, el Pentágono recurrió a DynCorp y a otros subcontratantes para completar el contingente de la ONU destinado a formar a policías locales. Algunos de sus empleados se vieron envueltos en un turbio episodio de prostitución de menores y trata de blancas, en el que incluso se llegaron a filmar violaciones. Las prostitutas, la mayoría rusas y rumanas, algunas de ellas apenas adolescentes, eran “importadas” por la mafia serbia. Según declaró ante el Congreso estadounidense uno de los miembros de DynCorp que denunció todo el asunto, los implicados en la red “tenían a esos niños y esas mujeres como esclavos. Creo que DynCorp es el peor diplomático que puede tener este país en el extranjero”. La empresa hizo lo posible por acallar el asunto. Al ser extranjeros y no formar parte de ningún ejército, sus mercenarios escaparon sin problemas de la Justicia local. Fueron despedidos y mandados de regreso a Estados Unidos. El episodio terminó en noviembre del 2002, cuando DynCorp pagó una indemnización de 80.000 dólares a la otra empleada que habló del escándalo.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.