EL MUNDO › OCUPARON LAS PRINCIPALES PLAZAS DE ESPAñA PARA CELEBRAR SU PRIMER ANIVERSARIO
Los indignados regresaron a las plazas entusiasmados para seguir trabajando por un cambio político, económico y social. También denunciaron la brutalidad policial sufrida durante la madrugada, durante el desalojo de la Puerta del Sol.
Por segundo día consecutivo los indignados ocuparon ayer las principales plazas de España para celebrar su primer aniversario con debates y protestas contra la represión policial que sufrieron esta madrugada algunos manifestantes en la madrileña Puerta del Sol y en otras ciudades.
Tras una primera jornada multitudinaria, coordinada a nivel global, que tuvo a la Puerta del Sol y Plaza Cataluña de Barcelona como símbolos, los indignados regresaron a las plazas entusiasmados para seguir trabajando por un cambio político, económico y social. Pero también lo hicieron para denunciar, con protestas menos numerosas, la brutalidad policial sufrida durante la madrugada, durante el desalojo de la Puerta del Sol. “No estamos todos, faltan 18”, corearon los indignados esta tarde, al celebrar una asamblea.
A pesar de que la primera protesta organizada ayer fue masiva y se desarrolló pacíficamente en la mayoría de las plazas de todo el país, durante la madrugada se produjeron desalojos policiales en varias ciudades, entre ellas Madrid, Valencia y Zaragoza. En la Puerta del Sol el desalojo tuvo lugar entre las 4.45 y las 5 de la madrugada, cuando unas 200 personas permanecían allí reunidas, informó la plataforma Democracia Real Ya (DRY), en un comunicado.
Pero poco después, en la zona de la Gran Vía, tuvo lugar otra carga policial y fueron detenidas 11 personas, algunas de las cuales sufrieron lesiones, según la comisión legal de la asamblea de Sol. Los indignados, que repudiaron la actuación de la policía, señalaron que seguirán manifestándose más allá de cualquier prohibición. Al menos algunos indignados de la Puerta del Sol, donde la afluencia de manifestantes fue hoy menor, tienen previsto acampar esta noche. En la Plaza Cataluña de Barcelona, los manifestantes ya desplegaron numerosas carpas durante la tarde y planean quedarse allí hasta el martes.
“Los ciudadanos hemos salido a la calle armados con nuestras manos abiertas y nuestras voces, dejando que sea la desobediencia civil pacífica, y no la violencia, la que respalde nuestras reivindicaciones”, señalan desde DRY, plataforma que el 15 de mayo de 2011 (de ahí 15M) convocó una protesta que dio inicio a las manifestaciones de los indignados.
“No Pasarán”, “Culpables”, “Tengo Dignidad”, “No Necesitamos la Violencia, Tenemos razón”, podía leerse entre las pancartas que los indignados han vuelto a colgar en la Puerta del Sol. Los ya famosos cánticos y consignas contra políticos, banqueros y el sistema capitalista se escucharon otra vez con fuerza, demostrando que el movimiento 15-M sigue vivo y ha logrado afianzarse en la sociedad.
Pero más allá del respaldo a la movilización que tuvo lugar el sábado –en Madrid y Barcelona se habla de 200.000 personas–, lo más significativo es que los indignados han mostrado de cara a la sociedad que en estos 12 meses estuvieron trabajando en numerosas iniciativas que hoy reúnen a muchas personas de diferentes ideologías pero que buscan promover un cambio desde la ciudadanía. Grupos de estudios temáticos sobre la crisis, la deuda, vivienda, derechos humanos, así como plataformas sectoriales de ámbitos como la sanidad y la educación, realizaron hoy charlas y debates en diferentes plazas y tienen previsto continuar con actividades de sensibilización en los próximos días.
Así trabaja el 15-M, con grupos pequeños y otros más grandes, a través de las redes sociales y las asambleas de barrio. Y lo hace para construir y promover un cambio de conciencia colectiva, para resolver problemas cotidianos. Se organiza en torno de las injusticias cotidianas para hacer algo frente a ellas sin esperar nada de los políticos. Desde que el derechista Partido Popular (PP) llegó al poder hace menos de seis meses, Mariano Rajoy aprobó el ajuste más profundo de la historia y una agenda de reformas neoliberales, impulsadas por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que llevaron al país a su segunda recesión en tres años, mientras el desempleo escaló hasta una cifra record de 5,6 millones de personas, el 24,44 por ciento de la población activa.
La situación económica empeoró y los españoles han visto cómo el Ejecutivo del PP atacó derechos sociales básicos como la salud y la educación pública, así como laborales, con una reforma que facilita y abarata el despido, y luego inyectó más dinero público para sanear a la banca.
“Stop racismo, sanidad para todos”, “Plaza del Pueblo”, “No puedo apretarme el cinturón y bajarme los pantalones a la vez”, podía leerse en los carteles de la Plaza Cataluña de Barcelona, donde esta tarde tuvo lugar, entre muchas otras, una conferencia sobre la deuda externa de España y sobre los recortes en la sanidad pública.
“El 15-M no vuelve, continúa. Han vuelto las manifestaciones masivas, pero el trabajo siempre estuvo ahí”, aseguraba Daniel Soto, profesor de matemáticas de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Hemos recuperado el espacio público como espacio de debate. Por eso hemos invitado a todos los grupos a exponer en la plaza sus proyectos. Tenemos partidos, tenemos multinacionales y ahora tenemos el 15-M, una especie de observador independiente, transparente, que construye alternativas y denuncia procesos ilegítimos, aseguró el activista.
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