La senadora Lucía Topolanski fustigó la criminalización de la juventud que según su criterio realiza la oposición, y señaló que en Uruguay existen 300 menores infractores de una población carcelaria de 9 mil presos. La primera dama se refirió en esos términos a la campaña orquestada desde ciertos sectores políticos que exigen una salida de mano dura contra hechos delictivos. El tema se instaló en los medios uruguayos durante el fin de semana, cuando un joven de 34 años, empleado en un restaurante montevideano, fue asesinado a sangre fría en una escena que fue tomada por las cámaras de seguridad del local y repetida hasta el cansancio por los canales de televisión. La legisladora apuntó a la pasta base de cocaína, “que entró al Uruguay durante el gobierno de Jorge Batlle”, como uno de los factores determinantes en el aumento del delito y la violencia.

Al menos mil personas se concentraron ayer en Montevideo, frente a la sede del gobierno uruguayo, para exigir medidas contra la inseguridad, tras el asesinato del empleado del restaurante La Pasiva. Las personas, autoconvocadas a través de redes sociales, expresaron su indignación e impotencia ante lo que consideran un avasallamiento por parte de los delincuentes que operan en la ciudad. “¡Basta ya! Esto tiene que cambiar” y “Fuera Bonomi”, fueron algunas de las consignas, en alusión al ministro del Interior, Eduardo Bonomi, responsable de la policía. Entre los manifestantes estaban algunos dirigentes sindicales.

Durante la protesta, una mujer encargada de leer una proclama lanzó duras críticas a la central obrera Pitcnt por no pronunciarse claramente en contra de la violencia. “Los que mueren en manos de los delincuentes no son oligarcas sino trabajadores”, exclamó la mujer, y exigió decisiones drásticas. Los manifestantes acusaron a las autoridades de no hacer nada efectivo.

Julio Bango, diputado del gobernante Frente Amplio (FA), también participó en la manifestación. Dijo que cientos de miles de uruguayos están estupefactos por los últimos hechos de violencia, y que “está bien que la gente reclame niveles de convivencia que ha perdido” el pueblo uruguayo.