La oposición alemana rechazó los planes del gobierno de someter el pacto fiscal europeo a votación en el Parlamento la semana próxima y condicionó su apoyo a que se complemente el acuerdo con un impuesto a las transacciones financieras y un programa de crecimiento y empleo. Esta postura representa un nuevo dolor de cabeza para la jefa de gobierno alemana. Angela Merkel parece cada vez más aislada en Europa y debilitada en su país en la defensa de la receta única del ajuste, que la propia canciller impuso al resto de la Eurozona para combatir su crisis de deuda. “No habrá votación, la fecha no es realista”, sostuvo el jefe del grupo parlamentario socialdemócrata (SPD), Frank-Walter Steinmeier, justo el día en que Merkel recibía al nuevo presidente francés, François Hollande.

Para ratificar el tratado, que contempla un mayor control del gasto, Merkel necesita votos de la oposición que le permitirían conquistar los dos tercios en ambas cámaras del Parlamento. El acuerdo fue firmado este año por la mayoría de los miembros de la Unión Europea (UE). En principio, Merkel tenía previsto enviarlo a la Cámara baja del Parlamento el 25 de mayo y descontaba que la doble aprobación estaría para antes de fines de junio. Pero Steinmeier no se mostró tan convencido.

En el caso del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE), organismo creado para dar asistencia financiera a países de la Eurozona que sufran problemas de financiación, el tiempo apremia, ya que debe entrar en vigor el 1o de julio. “El gobierno subestimó la necesidad de debatir el pacto fiscal en el Parlamento, en especial en la Cámara de las Regiones”, señaló Steinmeier. La reacción de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel no se hizo esperar y llamó a socialdemócratas y verdes a ratificar de forma conjunta el pacto fiscal y el fondo de rescate y dar “una señal clara de la unión de la política alemana, de cara al futuro del euro”.

El SPD presentó un documento de seis páginas en el que volcó sus condicionamientos para dar su “sí”, firmado por su máximo líder, Sigmar Gabriel, por Steinmeier y por el ex ministro alemán de Finanzas Peer Steinbrück. Los socialdemócratas dijeron además que habían coordinado previamente sus demandas con el Partido Socialista (PS), que llevó a Hollande a la presidencia de Francia.