EL MUNDO › DOS MUERTOS Y 39 HERIDOS FUE EL SALDO DE UN ATENTADO EN EL SECTOR FINANCIERO DE BOGOTá
Fernando Londoño Hoyos, un poderoso político del partido conservador y ex ministro del Interior del gobierno del ex presidente Alvaro Uribe, resultó levemente herido por una bomba que explotó en la camioneta que lo trasladaba.
› Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Bogotá
Poco antes de las once de la mañana, el norte de Bogotá sintió el estallido. Una bomba explotó en el glamoroso sector financiero de la avenida Caracas y calle 74, al paso de la caravana del ex ministro Fernando Londoño Hoyos. En minutos, las imágenes del poderoso político herido, ensangrentado, junto a dos escoltas enseñando sus armas, recorrieron las pantallas de televisión e Internet. Sus otros guardaespaldas estaban ya muertos en el flamante coche blindado y él, cabeza en alto y ojos cerrados, caminaba alejándose de la camioneta lujosa que quedó hecha trizas. En total fueron dos muertos y 39 los heridos que dejó el acto “terrorista” que, nuevamente, suscitó críticas al gobierno de Juan Manuel Santos, señalado de “flojo” en el tema de seguridad. El presidente ofreció 56 mil dólares para dar con los culpables.
Miedo y terror recorrieron la capital colombiana y los noticieros nacionales a lo largo del día, fecha en que entró en vigencia el TLC con Estados Unidos y, además, se discutía el marco para la paz, una nueva ley de justicia transicional, en el Congreso. Al Tratado de Libre Comercio le atribuyeron, inicialmente, las causas de la explosión que, se supo más tarde, se realizó con un sofisticado método nunca antes usado en Colombia ni en las épocas del cartel de Pablo Escobar. Se trató de una bomba imantada que al parecer un vendedor de la calle pegó al auto de Londoño antes de emprender la huida. También se sospecha de dos hombres en una moto que rápidamente pasaron entre el coche de protección del ex ministro y el ómnibus de servicio público que, se presumió al principio del día, tenía la carga explosiva.
“La bomba era una especie de maletín que contenía varios imanes que permitían que se alojara en la carrocería del vehículo. El artefacto se colocó en la puerta lateral izquierda del vehículo, lo que explica la muerte inmediata del conductor de la camioneta”, describió la revista Semana. Según el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, el atentado fue perpetrado gracias a tecnología extranjera. “Estamos ante una organización que planificó, que se mueve con mucho apoyo en al ciudad.” Por su parte, el primer mandatario dijo que “el gobierno luchará contra todas las modalidades del terrorismo”. Después de visitar a Londoño Hoyos en la clínica, se reunió por más de tres horas con las autoridades judiciales y de policía, además de Petro. Al final de la tarde dijo a los medios que Londoño estaba “muy afectado por lo que ha sucedido y muy conmovido por la muerte de sus escoltas”, aunque bien de salud, en cirugía para extraerle esquirlas de la bomba de su rostro y torso.
Aún no se sabe quiénes fueron los autores del crimen, aunque el comandante de la policía de Bogotá, Luis Eduardo Martínez, señaló a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que tenían amenazado al ex ministro hace varias semanas, según confirmó el jefe de la Unidad de Protección del Ministerio del Interior, Andrés Villamizar, para quien el crimen de ayer “demuestra que en Colombia la amenaza terrorista sigue latente y permanente”.
Al frente de esa cartera del Interior estuvo Fernando Londoño Hoyos durante el gobierno de Uribe. Hoy es columnista y, desde la radio y la prensa, ataca con frecuencia el accionar de la insurgencia colombiana, acusándola también de narcotraficante. Londoño, como su esposa y su hija, gozan de un fuerte esquema de protección debido a las amenazas.
Establecer el modus operandi, el origen del atentado y capturar a los responsables fue la tarea a la que se comprometió la Fiscalía tras el atentado que también afectó a 204 personas y a 51 viviendas del sector, según el comunicado de Defensa Civil. Universitarios, empleados del sector bancario, así como residentes transitaban a esa hora por la avenida Caracas que estuvo cerrada por más de cinco horas. Otras vías de la capital también colapsaron por una amenaza de bomba que fue controlada y que sí se atribuyó directamente las FARC. Según el presidente, este atentado frustrado no tendría que ver con el de las once de la mañana.
Organizaciones locales, ciudadanos en redes sociales, así como ONG, condenaron el crimen e instaron a las autoridades a capturar a los responsables. La comunidad internacional se sumó a la voz de protesta. José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, dijo que el atentado es un “crimen deleznable que merece el rotundo rechazo de la comunidad internacional (...) que sólo refleja la brutalidad de aquellos que no representan a nadie en la sociedad colombiana”. También Venezuela y Estados Unidos se manifestaron al respecto.
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