El Pleno del Congreso español aprobó ayer los recortes en salud y educación por 10.000 millones de euros adoptados por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, gracias a la mayoría absoluta con que el gobernante Partido Popular (PP) cuenta en la Cámara, y sin apoyo opositor. Los recortes, cuyo objetivo es reducir el déficit de las comunidades autónomas, se suman a los 27.300 millones que el gobierno ya aprobó recortar en todos los ámbitos de los presupuestos generales del Estado para este año, para cumplir con los compromisos pactados con la Unión Europea (UE).

Las llamas de la crisis de la Eurozona crecieron ayer, mientras aumentaban los temores sobre el estado de los bancos más vulnerables del continente. Las acciones del banco español Bankia subieron un 30 por ciento en una etapa en comercio, después de un informe de que los clientes habían retirado 1000 millones de euros en depósitos desde que el gobierno de Madrid se vio forzado a nacionalizar en parte el banco la semana pasada. Bankia dio a conocer una declaración diciendo que la caída de los depósitos era simplemente un efecto de temporada más que una corrida bancaria. Esto sirvió para estabilizar el precio de las acciones, pero Bankia terminó perdiendo el 14 por ciento de su valor. También había rumores de que anoche la agencia Moody’s de calificación de riesgo se estaba preparando para bajar la categoría a un montón de bancos españoles, un paso que podría hacer crecer los costos del financiamiento.

El pánico español de ayer fue precedido por una advertencia, de la semana anterior, del presidente griego, Karolos Papoulias, de que los ahorristas habían retirado 700 millones de euros de los bancos griegos desde el resultado inconcluso de las elecciones del 6 de mayo. Los mercados también se asustaron con las revelaciones de que los bancos griegos no tienen acceso ahora a ciertas formas de apoyo en dinero del Banco Central Europeo.

El frágil sistema financiero europeo se movió al centro de la crisis soberana de la deuda. El temor dominante es que una salida de Grecia de la Eurozona provocará una serie de corridas en bancos más pequeños en todo el continente, llevando los recursos de los gobiernos más allá del límite y forzando a naciones como España e Italia a buscar asistencia oficial de la Eurozona y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El sector bancario español es, en especial, una fuente de alarma. Los analistas estiman que los prestamistas de la Nación podrían estar sentados sobre irreconocibles malos préstamos hipotecarios de hasta 100.000 millones de euros. El gobierno español reveló la semana pasada un plan para pedirles a sus bancos que pusieran de lado unos 30.000 millones de euros extra para posibles pérdidas futuras y anunció una auditoría independiente de sus balances prestamistas. Pero eso no resultó para restaurar la confianza. Madrid fue alentada a pedir apoyo para su sector bancario al fondo europeo de rescate (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera).

La inseguridad sobre el futuro de una moneda única golpeó al euro. Cayó por cuarto mes al precio más bajo contra el dólar, a 1,273 euro. El euro también cayó a su nivel más bajo contra el yen japonés desde febrero. La moneda única está en su nivel más débil contra la libra en tres años y medio. Stuart Gulliver, un jefe ejecutivo de HSBC, dijo que existía el riesgo de que los mercados cayeran drásticamente antes de las elecciones griegas del mes que viene. Los analistas han señalado que el fondo de rescate de la Eurozona de 550.000 millones de euros probablemente sea insuficiente para ayudar a Italia, que tiene una deuda soberana de 1,9 billón de euros.

En España, el ajuste en Salud incluye la retirada de la “tarjeta sanitaria” para inmigrantes “sin papeles”, quienes desde septiembre verán impedido su acceso a la atención médica de la que gozan los españoles y sólo serán atendidos en urgencias y en caso de parto. También incluye el copago farmacéutico, que por primera vez tendrán que asumir los jubilados.

Los portavoces parlamentarios del socialismo (PSOE) e Izquierda Unida (CiU), entre otras formaciones opositoras, criticaron a la ministra de Salud, Ana Mato, por no haber tramitado el texto como proyecto de ley de urgencia, algo a lo que se opuso la bancada del PP. Durante su intervención ante el Pleno, Mato destacó que con este paquete de medidas se garantiza que la sanidad pública “pueda seguir siendo universal, gratuita y de calidad”, al tiempo que permitirá que “todos los españoles puedan ser atendidos de igual forma, independientemente de dónde vivan”.

España atraviesa “un momento de urgencia”, argumentó la ministra. El ajuste en Educación incluye el aumento de alumnos por clase en la enseñanza no universitaria, un aumento de las horas lectivas de los profesores –que según la oposición conducirá al despido de docentes– y una importante suba de los valores pagados por los universitarios. “Esta es la respuesta excepcional del gobierno a unas circunstancias excepcionales, desafortunadas”, manifestó sobre este punto el ministro de Educación, José Ignacio Wert.

Los partidos de la oposición calificaron la jornada como “un día triste” y “de luto”. El gobierno de Rajoy aprobó el 20 de abril este recorte adicional de 10.000 millones de euros por decreto, por lo que era necesario que el Congreso de los Diputados lo convalidara.

La convalidación de los nuevos ajustes coincidió con otra mala jornada para los indicadores económicos españoles. La prima de riesgo española, que en los últimos días fue marcando records históricos, cerró ayer en 490 puntos básicos, un nuevo máximo desde la introducción del euro, en 1999.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.