Egipto tendrá una segunda vuelta de sus primeras elecciones libres. Se confirmó que en el ballottage estará el candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Mursi, que pasó el 30 por ciento. Pero con los recuentos todavía incompletos no quedaba en claro si iba a enfrentar al ex primer ministro de Mubarak Ahmed Shafiq o al nacionalista árabe Hamdim Sabahi.

Las históricas elecciones cerraron ayer, después de tres días de largas colas en las mesas de votación. Curiosamente, la Comisión Electoral estima que apenas la mitad de los ciudadanos votaron, lo que muestra que la participación en el ritual electoral de la época de la dictadura era realmente ínfimo. La comisión anunció que sólo tendrá resultados oficiales mañana.

Mientras, con más de la mitad de los votos contados, los Hermanos Musulmanes festejaban que su candidato estará en las boletas del 17 y 18 de junio. El partido islamista publicó en su página web que Mursi tendrá una segunda vuelta con el mubarakista Shafiq. Según su análisis de los votos, Sabahi quedó en el tercer puesto, mientras que el islamista moderado Abdel Moneim Futuh quedó cuarto y el ex canciller y presidente de la Liga Arabe Amr Musa quedó apenas quinto.

Pese a que las elecciones fueron resultado de la Primavera Arabe protagonizada por jóvenes y disidentes del régimen, los candidatos fueron todos islámicos o ex miembros de la dictadura de Mubarak.

El recuento había alcanzado anoche a 20 de las 27 provincias egipcias, pero faltaba contar los resultados de las mayores ciudades, como Giza, El Cairo y Alejandría. Con estos límites, no era posible realmente saber si el segundo colocado era Shafiq, que mostraba el 21 por ciento, o Sabahi, con el veinte.

Como sea, el resultado fue una sorpresa para el candidato nacionalista, que reinvindica la ideología del nasserismo y tiene un discurso antiimperialista y socialista. Las encuestas lo mostraban muy atrás en el pelotón de candidatos, con lo que Sabahi supo ganarse el papel de alternativa entre los continuistas y los religiosos.