Mié 30.05.2012

EL MUNDO  › ANTE LA DENUNCIA DE UN JUEZ DE LA CORTE SUPREMA

La indignación de Lula

El gobernante Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) convocó a la militancia a defender al ex presidente Luiz Lula da Silva, quien fue acusado de ejercer presiones por un juez de la Corte Suprema. El mismo Lula se definió “indignado” con la acusación, hecha nada menos que por un magistrado que está siendo actualmente investigado. Y es que al juez en cuestión, Gilmer Mendes, se lo vincula con un senador de la derecha –Demóstenes Torres– que está en el centro de un escándalo de corrupción.

“Militantes del PT, tenemos que estar atentos, vamos a desbaratar esa maniobra de los que quieren desmoralizar al PT y a Lula, con nítidos objetivos electorales”, dijo el presidente de la formación, Rui Falcao. Gilmar Mendes acusó al ex mandatario de haberlo “chantajeado” durante una reunión que mantuvieron en abril pasado en Brasilia para postergar el juzgamiento del “mensalao”, el caso de corrupción del PT que explotó en 2005 y que puso en jaque al gobierno de Lula y que casi le costó la reelección al año siguiente.

Lula negó la acusación de Mendes y expresó “profunda indignación”, pero eso no acalló al ex presidente del Supremo Tribunal Federal. Mendes sostuvo que el ex presidente quiere “embarrar a toda la Corte y el juzgamiento del mensalao”. El juez, conocido por haber liberado dos veces con un hábeas corpus al ex banquero Daniel Dantas, acusó al líder petista de ser una “central de divulgación de mentiras”. El juez de la Corte Suprema atribuyó esas mentiras a “bandidos” y “gangsters” y sostuvo que Lula le pidió postergar el juzgamiento del caso que involucra a dirigentes del PT a cambio de que no se conociera un viaje a Berlín del magistrado con el senador Demóstenes Torres, involucrado en un caso de crimen organizado. Torres, del Partido Demócrata, opositor derechista, está en el centro de una investigación del Congreso por su vinculación con el jefe del juego ilegal Carlos Ramos, alias Carlinhos Cachoeira, cuya organización se infiltró en empresas y en medios de prensa opositores al gobierno de Dilma Rousseff.

La pelea Lula-Mendes abrió un nuevo panorama frente a las campañas electorales que comenzarán el próximo mes para las elecciones municipales de octubre, donde el PT quiere reconquistar San Pablo, donde gobierna el conservador Gilberto Kassab, que apoya para su sucesión al aspirante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Jose Serra. Lula da Silva impulsa la candidatura de su ex ministro de Educación Fernando Haddad.

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