En España comienzan a prenderle velas al comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios. Olli Rehn, quien se había mostrado contrario a una posible recapitalización directa de los bancos europeos en problemas, dio ayer un giro en su discurso y no descartó que el salvataje pueda ser una posibilidad. “Consideramos importante tener en cuenta esta alternativa bancaria directa, ya que estamos avanzando en el debate sobre los diferentes caminos para lograr la unión bancaria (en la Unión Europea)”, afirmó el funcionario desde Bruselas, durante una rueda de prensa donde se lo vio junto al ministro francés de Economía, Pierre Moscovici. Sin embargo Rehn, que además se desempeña como vicepresidente de la Comisión Europea (CE), no se expresó con demasiada firmeza en favor de una opción que el gobierno de Mariano Rajoy observa con algo más que simpatía. El político finlandés manifestó que otorgar ayuda directa a los bancos, sin tener en cuenta la opinión de la UE, tal como quiere España, implicaría un cambio en los tratados entre los Estados miembro, proceso que demandaría, según los expertos, cerca de dos años de intensos debates.

Hasta el momento Alemania, la principal economía de la Eurozona, se niega a la recapitalización bancaria: una cesión importante de soberanía económica a Bruselas y la aplicación de duras políticas de ajuste y profundas reformas estructurales. Sin ir más lejos, Angela Merkel abogó por una política financiera más rigurosa en Europa, en la que se introduciría una suerte de vigilancia bancaria. Así lo expresó la canciller alemana antes de reunirse en Berlín con el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso. “Hablaremos también sobre hasta qué punto tendremos que poner bajo una vigilancia europea específica a bancos sistémicos para evitar que los intereses nacionales desempeñen un papel demasiado grande. Son objetivos a mediano plazo”, aseguró la mandataria, y dijo que la CE y otras instituciones deben recibir más posibilidades de control; de lo contrario una unión monetaria no puede funcionar.

Aunque el pacto fiscal europeo para una mayor disciplina presupuestaria aparece como un primer paso en este sentido, resulta insuficiente. “El mundo quiere saber cómo nos planteamos la unión política de la unión monetaria. Y en un tiempo previsible debe haber una respuesta”, afirmó Merkel. Por su parte, Barroso advirtió que se necesitan señales y medidas concretas para aumentar la estabilidad y la transparencia de las estructuras. El diario alemán Handelsblatt informó sobre la existencia de un documento elaborado por el gobierno de Merkel titulado “Más crecimiento para Europa: empleo, inversiones, innovaciones”, texto en el que se habla de una unión bancaria. “Es importante reducir la dependencia financiera recíproca entre los sectores bancarios y las finanzas estatales de algunos Estados miembro”, dice el dossier. Además, llama a fortalecer al Banco Europeo de Inversión y ampliar el capital que pagan los Estados en 10.000 millones de euros.

La Península Ibérica atraviesa una grave crisis bancaria, con entidades lastradas por el estallido de una burbuja inmobiliaria en la que el país vivió durante años. Los agujeros que el sector del ladrillo dejó en los bancos despiertan el recelo de inversores y mercados. La prima de riesgo española se mueve desde hace días en niveles peligrosos. La semana pasada fue la peor desde la introducción del euro, con el riesgo país manteniéndose por encima de los 500 puntos básicos durante cinco días consecutivos. El propio Rajoy admitió que ese nivel, que no se había rebasado nunca, dificulta toda posibilidad de financiación de España, cuarta economía de la UE.

Según las normas actuales, en caso de que España lo necesitara, tendría que pedir un rescate a la UE y utilizar después los recursos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE, herramienta que entra en vigor el 1O de julio) para recapitalizar sus bancos. “No es necesaria, de ninguna manera, la intervención de España”, insistió la número dos del gobernante Partido Popular (PP), María Dolores de Cospedal. Sin embargo, ese artilugio aparece cada vez más mencionado en la prensa española y en boca de los analistas. Sólo en Bankia, la cuarta entidad financiera del país, el gobierno de Rajoy inyectará 19.000 millones de euros que se sumarán a los 4500 millones que el banco y su matriz ya recibieron a fines de 2010 del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). De momento, el Ejecutivo no ha revelado cómo llevará adelante esa inyección de dinero. Mientras tanto, el gobierno alemán salió a desmentir unas informaciones publicadas el fin de semana por el semanario Der Spiegel, según las cuales el gobierno de Angela Merkel estaría presionando al de Rajoy para que acuda de inmediato al rescate europeo.