Una treintena de alcaldes y concejales ya se sumaron al amplio espectro de sectores en Chile que repudia la realización de un homenaje al dictador Augusto Pinochet el domingo, organizado por ex militares. Mientras tanto, el gobierno del presidente Sebastián Piñera intentó despegarse del acto al afirmar que no promueve su realización, pero tampoco lo prohibió. Los jefes comunales que repudiaron el homenaje a Pinochet pidieron a la administración de Piñera que tome las medidas necesarias para impedir la realización del evento, programado en el teatro Caupolicán, de Santiago. También llegarán hasta el Palacio de La Moneda familiares de detenidos desaparecidos, solicitando que el gobierno impida la ejecución de la ceremonia para el dictador. La posición de La Moneda fue dada a conocer por el vocero Andrés Chadwick, quien dijo que el gobierno no favorecía el homenaje, pero podía realizarse si se cumplían las normas vigentes. “No favorecemos ni colaboramos, ni menos participamos, y no somos partidarios de este tipo de homenajes, pero obviamente que en democracia y con nuestra legislación pueden darse, eso es así”, afirmó Chadwick. “Independientemente de la posición del presidente Piñera, que es de sobra conocida en la materia, ellos pueden desarrollar su acto en la medida en que lo hagan respetando las normas vigentes”, agregó. El ministro explicó que la libertad de expresión es parte de los derechos amparados por la Constitución y que, en la misma línea, un elemento esencial de la democracia es el respeto a los derechos de todos. Consultado por la violencia que podría producirse –una de las razones esgrimidas para impedir la realización del acto–, Chadwick aseguró que se tomarán todas las medidas de seguridad necesarias.