Desde Santiago

A partir de las 11 de la mañana de hoy, Chile otra vez se dividirá en dos. A esa hora, el Teatro Caupolicán, ubicado apenas unas cuadras de La Moneda, recibirá a los dinosaurios que todavía persisten en homenajear al dictador Augusto Pinochet, fallecido en diciembre de 2006 y a más de 20 años de que dejara el poder que ostentó a punta de asesinatos, torturas y desapariciones. El tiempo ha pasado, pero no hay caso. Ahí estarán las viejecitas emocionadas por las pilchas, botas y bayonetas de los militares golpistas, impregnando el lugar de ese viejo tufillo fascistoide que en este país se niega a morir. Y los caballeros, la mayoría ya de edad, que admiraban a quien aseguró que en Chile “no se movía una hoja sin que yo lo sepa”.

Pero no será un día tranquilo para los pinochetistas. En los alrededores del Caupolicán, las agrupaciones de derechos humanos, el Partido Comunista y una buena parte de la sociedad se encargarán de protestar y de gritar bien fuerte que el homenaje al genocida es una aberración.

Esto por más que el gobierno de derecha de Sebastián Piñera –que exhibe en su gabinete a varios adherentes de Pinochet–, a través de la intendenta metropolitana, Cecilia Pérez, defendió la convocatoria. “En este país todo el mundo tiene derecho a expresarse. Uno siente y comprende que para algunos es mucho más su dolor y su angustia por la repetición de momentos duros pasados, pero siento que debemos lograr de una vez por todas la paz y la tranquilidad desde la diferencia y no seguir teniendo conflictos”, indicó.

Junto a ello, precisó la intendenta, todo está coordinado con Carabineros para impedir que las funas (reclamos callejeros masivos) se transformen en desórdenes graves. También aseguró que las agrupaciones de derechos humanos tendrán derecho a manifestarse a expresar su dolor, su angustia, y por otro lado las personas que asistan al acto –donde además se exhibirá un documental de la vida del dictador– puedan hacerlo en forma pacífica y tranquila.

La decisión de los tribunales de Justicia de permitir el acto a favor de Pinochet copó la agenda chilena, pues se realizará justo en un momento de gran tensión entre el gobierno y la oposición por el fuego cruzado a causa de una carrera presidencial que ya se desató y que tiene a Michelle Bachelet como favorita en las encuestas. El oficialismo ha insistido en culpar políticamente a la ex mandataria por su gestión el día del terremoto en febrero de 2010. Por otro lado, la Concertación acusa una verdadera campaña desde La Moneda para dañar la imagen de la doctora socialista. Los tribunales, si bien acogieron los recursos presentados tanto por organizadores como por agrupaciones de derechos humanos, estimaron que no procedía impedir la convocatoria para recordar la imagen del ex general chileno.

En este escenario, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), Lorena Pizarro, criticó el permiso al acto donde se exhibirá el documental Pinochet, y aseguró que la Justicia nuevamente se encuentra amparando las violaciones a los derechos humanos que se desarrollaron durante la dictadura. “Es una lástima que una vez más el Poder Judicial haya estado del lado de quienes violan los derechos humanos, porque hoy negar el genocidio es amparar nuevamente a criminales y torturadores”, sentenció Pizarro.