El presidente de Cuba, Raúl Castro, sustituyó al ministro de Informática y Comunicaciones, Medardo Díaz, y a su par de Industria Básica, Tomás Benítez Hernández. Los ministros serán reemplazados por sus respectivos viceministros primeros Maimer Mesa Ramos y Alfredo López Valdés, informó un comunicado del Consejo de Estado cubano.

Según el texto publicado ayer en el diario oficial Granma, Medardo Díaz, de 49 años, se reincorporará al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. “Al compañero Benítez Hernández se le asignarán otras tareas”, detalló el diario, que informó que los cambios fueron aprobados por el Consejo de Estado –máximo órgano ejecutivo de la isla– por propuesta de su presidente, Raúl Castro, pero no mencionó las razones que los motivaron. En la isla se especuló extraoficialmente que estos cambios podrían deberse a posibles casos de corrupción vinculados con el tendido del cable de banda ancha, que habrían perjudicado la calidad de la infraestructura.

La sustitución de los funcionarios, nombrados el año pasado, se produjo mientras el Ministerio de Informática tiene a cargo uno de los proyectos de infraestructura más esperados de Cuba: el tendido desde Venezuela de un cable de fibra óptica submarino. El objetivo de la obra, anunciada en el 2010, era mejorar el acceso a Internet en la isla, cuya conexión todavía es principalmente analógica, con el desembarco de la banda ancha. El cable debía empezar a operar en julio de 2011, pero el gobierno de Castro no comunicó oficialmente la entrada en operaciones del mismo.

Sin embargo, funcionarios del gobierno venezolano aseguraron que el tendido, que debía llegar también a la vecina isla de Jamaica, está completamente operativo. Sucedió el mes pasado, cuando el ministro de Ciencia y Tecnología venezolano, Jorge Arreaza, habló con la prensa en Caracas sobre el estado de la obra, confirmó su operatividad y describió que el cable tiene una extensión de 986 kilómetros y 640 gigabytes de salida. Arreaza expuso en ese entonces que la infraestructura fue adquirida en China y Francia con un costo estimado de 70 millones de dólares y que su funcionamiento ofrece una vida útil cercana a los 25 años.

El uso de la Red de Redes en Cuba data de 1996 y, desde su aparición en la isla, el gobierno asignó a Internet los objetivos de ser un arma eficaz para el desarrollo cultural, científico, educacional y económico del país. Las autoridades cubanas han explicado que las restricciones actuales tienen un origen económico principal a partir del embargo que aplica Estados Unidos a este país desde hace medio siglo. Como muestra un informe de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), una entidad oficial que brindó datos sobre el desarrollo de la Red de Redes desde 2002, el alza mayor ocurrió de 2010 a 2011, cuando 820 mil cubanos comenzaron a usar Internet. Además, la cantidad de computadoras personales por cada mil cubanos pasó de 22 hace 10 años a 70 en 2011. El reporte divulgado esta semana indicó que los centros de acceso público social –costeado totalmente por el gobierno– a la red el año pasado eran 603 y los cursos que se brindaron en todo el país fueron más de tres millones.

Las cifras confirmaron que, al menos hasta el año pasado, no cambió la política oficial de priorizar el acceso social, es decir, en entidades estatales, escuelas, universidades y clubes, principalmente juveniles, por sobre el individual o residencial, que se mantuvo muy restringido. En la introducción de su informe, la ONE describió un programa de informatización de la sociedad que se define en Cuba como el proceso de utilización ordenada y masiva de la tecnología de la información y las comunicaciones. Aquellos cubanos con profesiones que necesitan de ese servicio para sus trabajos, según estimaron las autoridades, poseen ese tipo de acceso individual.

Estas modificaciones dentro del gabinete de Raúl Castro se enmarcan en los aproximados 40 cambios ministeriales y de otros altos cargos, diferente al gobierno de su hermano Fidel, quien le entregó el mando en 2006 por problemas de salud, cuando muchos altos funcionarios duraban décadas en un mismo puesto. En el actual gabinete de 27 carteras, 24 fueron renovadas por Raúl Castro, algunas más de una vez, pero no las de Interior, Turismo y Deportes, que siguen ocupadas por ministros designados por Fidel. Con la remoción del general Díaz disminuyeron a seis los militares en el gabinete, que con Raúl Castro pasaron a asumir responsabilidades de gobierno.