EL MUNDO › EL PARTIDO SOCIALISTA FRANCéS GANó LAS LEGISLATIVAS
Los franceses le otorgaron toda la confianza al PS, lo que le permite al mandatario gobernar sin condicionamientos. La derecha perdió un centenar de diputados y la ultraderecha de Le Pen volvió a la Asamblea Nacional.
El Partido Socialista (PS) de Francia logró ayer un triunfo clave en una elección dominada por una fuerte abstención y por el regreso de la extrema derecha a la Cámara baja después de 24 años. El PS obtuvo 300 diputados según las últimas estimaciones, once más de los 289 necesarios para alzarse con la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (Diputados). Antes de los comicios, donde se renovaron las 577 bancas de la Cámara baja, el socialismo contaba con 186 diputados. Sus incondicionales aliados del Movimiento Republicano y Ciudadano (MRC) y del Partido Radical de izquierda (PRG) completarán la mayoría oficialista con cinco y dieciséis diputados respectivamente. La sorpresa de la elección por la alianza ecologista Europa Ecológica-Los Verdes (EELV), que pasó de cuatro bancas a veinte y por primera vez podrá conformar un bloque propio. El Frente de Izquierda perdió dos diputados con respecto al 2007 y alcanzó a revalidar trece escaños, por lo que no podrá contar con grupo propio.
Por su parte, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), donde las dificultades internas y divisiones se profundizaron después de la derrota de Nicolas Sarkozy el 6 de mayo –que lo empujó a retirarse por el momento de la política–, cosechaba 207 escaños, lejos de las 320 que obtuvo en la legislativa de 2007. La UMP sumaría junto a sus aliados entre 221 y 231 asientos. En tanto que el ultraderechista Frente Nacional (FN) alcanzó dos bancas. Pese a no resultar favorecido por un escrutinio que no es proporcional, el FN logra confirmar el ascenso mostrado por la ultraderecha en la elección presidencial, donde quedó tercero con el 17,9 por ciento. En un final sumamente parejo, Marion Maréchal Le Pen, de 22 años, nieta de Jean-Marie Le Pen, se impuso en la región de Vauclouse, en el sur del país, en un ballottage triangular ante candidatos de la UMP y del PS. En consecuencia, la más chica de los Le Pen, una figura política prácticamente desconocida hasta hace dos meses, se convertirá en la diputada más joven de la Asamblea Nacional, como lo fuera su abuelo Jean-Marie, en 1956, cuando resultó electo a los 27 años. El otro diputado que se aseguró el FN es Gilbert Collard, en la región sureña de Gard.
Quien no tuvo una buena tarde fue Marine Le Pen (ver aparte). La líder del FN quedó afuera del hemiciclo del Palacio Bourbon, al perder por sólo 114 votos frente al socialista Philippe Kemel, según anunció ella misma antes de reclamar airadamente un nuevo recuento de los sufragios. En la ex ciudad minera de Hénin-Beaumont, ubicada al norte de Francia, el socialista Kemel obtuvo el 50,1 por ciento, frente al 49,9 por ciento de Marine Le Pen, que había ganado la primera vuelta con el 42,2 por ciento.
Sin duda, uno de los grandes triunfadores de la jornada electoral fue el abstencionismo. En un país donde el voto no es obligatorio, la enorme tasa de ausentismo volvió a ser noticia, al marcar un nuevo record. Según las estimaciones dadas a conocer por los medios locales, un 44 por ciento de los franceses se negó a participar de las elecciones: poco más de la mitad de los 46 millones de las personas habilitadas a emitir su voto se presentó ayer en alguno de los 65.000 centros de votación. En la primera vuelta, el 42,77 por ciento se mantuvo al margen de las elecciones.
A la ex candidata presidencial socialista Ségolène Royal se la vio con la cara larga. Pocos minutos antes del cierre de las elecciones cautivó la atención de los medios de comunicación al reconocer su derrota. Royal calificó como una traición política la actitud del disidente socialista Olivier Falorni, quien, apoyado implícitamente por la derecha y la extrema derecha, superó a Royal en La Rochelle, en el oeste del país, por el 63 por ciento de los sufragios, contra el 37 por ciento de quien en 2007 había sido candidata presidencial del PS. Ex pareja de Hollande y madre de sus cuatro hijos, Royal tuvo que afrontar una dura campaña en su contra, entre la que sobresalió la toma de partido de la actual pareja del presidente, la primera dama y periodista política Valérie Trierweiler, quien generó un revuelo mediático cuando tomó partido por Falorni.
Otro perdedor de la jornada de ayer fue el líder del centrista Movimiento Democrático (MoDem), François Bayrou. El hombre que se ubicara en el tercer lugar durante la presidencial de 2007 y quinto en 2012 no pudo revalidar su banca en Pau, región del suroeste francés. El principal partido de centro, que perdió 21 bancas y se quedó con sólo dos escaños, se encuentra prácticamente fuera del escenario político. “Los franceses han escogido la coherencia. Los compromisos del presidente podrán ponerse en marcha. Somos mayoría, pero estaremos atentos a garantizar la pluralidad de los franceses. El gobierno que será nombrado esta semana podrá accionar con eficacia”, consideró el primer ministro, Jean-Marc Ayrault. A tan sólo seis semanas de la elección general que llevó a Hollande a la presidencia, los franceses le otorgaron al PS toda la confianza, como en 2011 ya lo hicieron en el Senado, lo que le permite al mandatario gobernar sin condicionamientos.
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