Mié 07.05.2003

EL MUNDO

“Bush es la cabeza de un régimen autoritario”

Kerry Kennedy, la activista estadounidense pro derechos humanos y sobrina del ex presidente John F. Kennedy, trabaja sobre un libro, una obra de teatro y una exposición de fotos, que conforman un todo crítico a la política de la administración Bush.

Por Miguel Mora *
Desde Madrid

Kerry Kennedy Cuomo lucha por los derechos civiles desde hace 20 años. La hija del fiscal general Robert F. Kennedy y sobrina del presidente John F. Kennedy (“dos hombres asesinados por motivos políticos”) ha llevado a España “Speak truth to the power” (Decir la verdad al poder), un proyecto que incluye un libro de entrevistas suyas a 51 héroes de los derechos humanos, una exposición de fotos de Eddie Adams y una obra de teatro de Ariel Dorfman. Ayer se presentó en Madrid con el juez Baltasar Garzón. Kennedy no tiene reparos en criticar a Bush y al resto de la clase política de su país. “Tras el 11 de septiembre vivimos la política del miedo. Bush ha militarizado el país pero el silencio del Partido Demócrata es también aterrador.”
Kerry Kennedy decidió dedicarse a luchar por los derechos civiles en 1981. “Era becaria de Amnistía Internacional y documenté el caso de un refugiado salvadoreño que fue torturado por la Guardia Nacional. Descubrir que en mi país se maltrataba incluso a niños y mujeres me decidió a dedicar mi vida a intentar cambiar las cosas.” Tras fundar el Centro pro Derechos Humanos Robert F. Kennedy en 1987, hoy es presidenta del Consejo de Dirección de Amnistía Internacional, y habla despacio y claro, sin morderse la lengua. Según Garzón, Kennedy “es depositaria de los grandes valores de la democracia estadounidense”.
Pero además es, inequívocamente, un miembro de la saga Kennedy: comparte su inteligencia, idealismo y coraje... “Kennedy es un apellido fantástico que te abre muchas puertas –dijo ayer–. “Estoy muy orgullosa de pertenecer a la familia.” De su tío, John, y de su padre, Robert, recuerda que “trabajaron mucho por la libertad, y fueron muy valientes al defender movimientos como el de Martin Luther King, lo que resultó, por cierto, políticamente desastroso. Los dos fueron asesinados por motivos políticos: mi padre fue a Sudáfrica cuando casi nadie en mi país conocía el apartheid y lo denunció, viajó a Perú y a Indonesia... Creo que mi trabajo es coherente con esa visión, con ese coraje moral y con la tradición de King o Gandhi”.
Pero corren malos tiempos para la conciencia crítica, a partir del nuevo orden mundial que dio inicio con los atentados al World Trade Center de Nueva York: “Desde el 11 de septiembre de 2001, el gobierno de Bush intenta confundir el disenso con el antipatriotismo” –afirma–. Bush es la cabeza de un régimen moralmente autoritario, y hay un grupo de dirigentes más interesados en obedecer esa autoridad que en hacer cumplir los derechos civiles”, y señala: “La pena de muerte, los abusos con los inmigrantes, las leyes contra los derechos individuales, la prisión de Guantánamo...”.
Kennedy encontró ejemplos semejantes y peores en 35 países más. Perú, Gaza, Bielorrusia, Vietnam, Corea del Sur, Bangladesh, Liberia, España, Chile alojan a los 51 héroes que ha entrevistado durante dos años y medio. “Leyendo el libro te queda una sensación de gran esperanza, no de pesimismo. Cuando yo empecé en esto, Pinochet gobernaba en Chile y el comunismo reinaba en el Este de Europa. Hoy eso no existe. Hay muchos motivos de preocupación, pero también de esperanza. La libertad está en el alma de los hombres, de todos los hombres: esos 51 héroes no están solos.”
La iniciativa incluye a conocidos defensores de los derechos humanos como Vaclav Havel y premios Nobel como el Dalai Lama, Desmond Tutu, Elie Wiesel, Oscar Arias o Rigoberta Menchú. Pero la gran mayoría son héroes anónimos. “Esa gente se levantó contra la injusticia, contra lo peor que es capaz de dar la humanidad, y no cayeron en la violencia. Fueron amenazados, torturados, les asesinaron a familiares y no cayeron en el nihilismo. Como hemos visto en España y en Estados Unidos, es fácil tomarlas armas para tratar de defenderse del terrorismo. Lo difícil es cambiar el mundo sin pegar tiros. Y estos héroes lo hicieron.”
Garzón, que anunció que el Tribunal Penal Internacional perseguirá la esclavitud infantil; el ciudadano chino-estadounidense Harry Wu, que estuvo preso 20 años en un gulag chino, y el indio Kailash Satyarthi, que ha liberado a 40.000 niños de trabajos forzosos, presentaron la versión española de Speak truth to power (www.speaktruth.org), a cargo de la nueva empresa Popart. La función, Más allá de la oscuridad, es una lectura dramatizada del texto de Dorfman dirigida por Mario Gas, con, entre otros, Emma Suárez, Pepón Nieto y Constantino Romero.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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