A diez días de la masacre en el cine de Aurora, James Holmes fue acusado ayer formalmente con un total de 142 cargos. Según el documento presentado por la fiscalía, el estudiante de neurociencia está acusado de 24 cargos de asesinato en primer grado, 116 en grado de tentativa, un cargo por posesión de explosivos y otro por violencia.

En el caso de los asesinatos, Holmes enfrentará dos cargos por cada una de las 12 personas muertas en el tiroteo. La mitad de esos cargos, por la “extremada indiferencia” hacia el valor de la vida humana demostrada por el joven, argumento que se emplea cuando a los acusados se les imputa un comportamiento peligroso, como disparar arbitrariamente contra una multitud. Su acusación por posesión de explosivos se debe a la compleja trampa con bombas instalada en su departamento, capaz de hacer explotar todo su edificio. Sin la presencia de las cámaras de televisión por pedido de la defensa, en la sesión judicial que se desarrolló ayer en Centennial, Colorado, el juez William Sylvester estableció una vista previa al arranque del proceso para el 12 de noviembre, pero el 9 de agosto se celebrará una audiencia en la que el magistrado responderá a un pedido presentado por parte de los medios de comunicación para que se levante el secreto de sumario impuesto sobre el caso desde el día de la matanza. Según el diario The Denver Post, el tribunal se pronunciará el 9 de agosto sobre las peticiones de los medios de desvelar el archivo del caso.

Desorientado, con el pelo teñido de color rojo anaranjado y con la mirada perdida, como en su primera comparecencia ante la Justicia, el joven de 24 años volvió a presentarse ante el juez encargado del caso. A pesar de que todavía sigue sin conocerse el motivo por el que Holmes acudió a un cine de Aurora el pasado 20 de julio para presenciar la proyección de medianoche de la última película de la saga Batman, The Dark Knight Rises, y disparó a mansalva contra los espectadores, hecho que provocó la muerte de 12 personas e hirió a otras 58 (de las cuales diez siguen en el hospital, cuatro de ellas en estado grave), la fiscalía señaló que el joven utilizó cuatro armas de fuego para efectuar los disparos. En esta ocasión, el acusado sólo pronunció una palabra y ocurrió cuando el juez le preguntó si estaba de acuerdo con la petición de su abogado de más tiempo para una primera comparecencia, a lo que respondió con un “sí” apenas audible, informó el corresponsal de la CNN. A la audiencia donde se presentaron los cargos acudieron numerosos representantes de las víctimas del tiroteo.

En su primera audiencia, hace una semana, Holmes apareció también con el pelo naranja y un comportamiento extraño, lo que desató las especulaciones sobre su estado. Los analistas creen que sus abogados alegarán que sufre algún problema mental. Según los documentos presentados la semana pasada, Holmes fue tratado por un psiquiatra en la Universidad de Colorado antes de la masacre. Como trascendió, el acusado envió al psiquiatra un diario detallando sus planes para el ataque, pero el paquete no fue abierto hasta después de la masacre. Asimismo, se precisó que la defensa no quiere que la fiscalía tenga acceso a ese diario. De ser considerado culpable, este ex estudiante de doctorado en neurociencia puede ser condenado a cadena perpetua o bien a pena de muerte, si bien la fiscalía aún no informó si tiene intención de pedir la pena de muerte del joven, que permanece encerrado en una celda en solitario en la cárcel de Arapahoe. Esta medida debe solicitarla en un período de 60 días a partir del acto acusatorio y, en este lugar y para los asesinatos de primer grado, debe ser requerida por las familias de las víctimas. Sin embargo, en Colorado apenas se aplica esa condena. Después de la primera audiencia, la fiscal del distrito, Carol Chambers, había reflejado la complejidad de la decisión. “Hay tantas cosas que las víctimas tienen que considerar... y buscar la pena de muerte es un largo proceso que impactará en sus vidas durante años”, comentó en ese entonces. También había advertido que estaban muy lejos de cerrar el caso en sí y de que comience el juicio, cosa que, estimó, podría tardar “al menos un año”.