EL MUNDO › NUEVA PROMESA DE AJUSTE DEL GOBIERNO GRIEGO PARA SEGUIR EN LA EUROZONA
Esta será la cuarta vez que se recortan las pensiones desde 2010, cuando Grecia aceptó el rescate financiero de la Unión Europea. Los salarios en las empresas públicas bajarán entre un 30 y un 35 por ciento.
El Ministerio de Finanzas griego informó ayer que reducirá las jubilaciones y los salarios, y despedirá a más empleados públicos, como parte de los profundos recortes presupuestarios. En tanto, la salida de Grecia de la moneda comunitaria se vislumbra cada vez como más factible y la Eurozona empieza a prepararse para esa posibilidad.
Los recortes presupuestarios ascienden a 11.500 millones de euros. De esa cantidad, un porcentaje importante –cuatro mil millones de euros–, saldrán de la reducción de las pensiones y de la limitación o desaparición de algunos servicios de la seguridad social. Sobre el ajuste de las jubilaciones, el gobierno no resolvió aún qué escala de recortes aplicará, estimándose entre el 2 por ciento y el 15 por ciento. En ese sentido, los retiros menores de 700 euros mensuales permanecerán inalterables, pero aquellos considerados suplementarios caerán hasta un 35 por ciento. Esta será la cuarta vez que se recortan las pensiones desde 2010, cuando Grecia aceptó el rescate financiero de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, los que impusieron a Atenas –como condición de acceso al dinero–, que aplique duros ajustes para sanear su economía. Desde ese entonces, la población griega fue la más afectada por los recortes de Europa. Las jubilaciones cayeron hasta en un 40 por ciento desde 2010.
De acuerdo con los planes gubernamentales, los salarios en las empresas públicas bajarán entre un 30 y un 35 por ciento, por lo que si el sueldo medio anual para ese sector es actualmente de 31 mil euros, descenderá a alrededor de 21 mil. Según el diario Ekathimerini, el gobierno griego también anunciará la eliminación gradual de 34 mil empleados públicos, que serán reubicados en un esquema de trabajo de reserva, donde recibirán un porcentaje de su sueldo durante los próximos 12 o 24 meses, antes de ser cesanteados definitivamente.
En tanto, la “Grexit”, como la prensa europea denominó a la salida de Grecia del euro, es “técnicamente posible”, dijo ayer el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker. El funcionario europeo sostuvo, sin embargo, que este hecho no forma parte de su “hipótesis de trabajo”. “A menos que Grecia viole todas las normas e incumpla todos los acuerdos, no se la va a expulsar de la Zona del Euro”, aclaró. “La situación no es sencilla. Los problemas son complejos y el ruido por el cruce de declaraciones es demasiado fuerte. Las preguntas sobre Grecia requieren de serenidad”, agregó. Juncker consideró que la petición del gobierno de Grecia de prorrogar dos años el período de ajuste para dar un respiro a la economía, después de cinco años de recesión, debe de ser valorada una vez que la “troika” –conformada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea– haya completado su informe en las próximas semanas. “La cuestión de la prórroga del período de ajuste no se puede responder definitivamente desde la perspectiva actual. Depende del informe final de la ‘troika’ y de la respuesta del FMI al mismo”, apuntó.
Grecia, afectada por una grave crisis económica que está haciendo estragos en su tejido social, necesitaría más dinero pese a haber recibido dos asistencias financieras a cambio de duros ajustes en el país, según detalló ayer la versión online de la revista alemana Der Spiegel. De acuerdo con ese medio, la denominada “troika” descubrió en la última inspección un agujero de tres mil millones de euros en las previsiones de Atenas para el próximo bienio, que no equivale, por lo tanto, a 11,5 mil millones sino a 14 mil millones. Ante esto, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, afirmó ayer su oposición a que el BCE financie a los países con problemas económicos. “Si empezamos por ese camino, no vamos a parar. Es como intentar solucionar tus problemas a través de las drogas”, declaró en un acto de gobierno. También advirtió que la ayuda económica a Grecia no puede ser “un pozo sin fondo” y aclaró que Alemania no va a contribuir con cualquier nueva medida económica a favor de Atenas.
Días antes de que el primer ministro griego, Antoni Samaras, visite a la canciller alemana, Angela Merkel, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, se sumó al coro de voces germanas que se oponen a dar a Grecia más tiempo para aplicar el plan de recortes acordado a cambio del rescate financiero. Westerwelle comentó en una entrevista que adelantó ayer el diario Tagesspiegel am Sonntag, que su gobierno no está dispuesto a hacer concesiones a la gestión griega. En este sentido, el funcionario instó al gobierno de Atenas “a tomar muy en serio la postura del gobierno alemán”. “La gente en Grecia no tiene la culpa de que quienes tuvieron la responsabilidad en los últimos años no estuvieran a la altura de esa responsabilidad”, señaló. Westerwelle recibirá mañana en Berlín a su par griego, Dimitris Avramopoulos, con quien efectuará los preparativos de la visita de Samaras el viernes a la capital germana. A este lugar también viajará el jueves el presidente francés François Hollande. Según el periódico Welt am Sonntag, Francia y otros países del sur europeo presionan para otorgar nuevas ayudas a Atenas e impedir su salida de la Eurozona.
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