EL MUNDO › DRAMáTICO LLAMADO DEL PRIMER MINISTRO SAMARAS AL LLEGAR A FRANCIA
Francia y Alemania coordinaron su posición frente a Grecia sin cambiar una letra en el guión establecido: ambas capitales defienden la permanencia de Grecia dentro de la Zona Euro, pero al mismo tiempo le exigen que cumpla con sus compromisos.
› Por Eduardo Febbro
Desde París
El primer ministro griego, Antonis Samaras, llega este sábado a Francia con una misión difícil: obtener que el presidente francés, François Hollande, acepte nuevas condiciones para mantener a Grecia por encima de la línea de flotación. El objetivo parece imposible. El jueves pasado, Francia y Alemania coordinaron su posición frente a Grecia sin cambiar una letra en el guión establecido: ambas capitales defienden la permanencia de Grecia dentro de la Zona Euro, pero al mismo tiempo le exigen que cumpla con sus compromisos, o sea, que siga saneando sus finanzas a golpes de recortes inmediatos. Samaras pidió a Berlín y a París exactamente lo contrario: una prórroga de dos años en los planes de ajuste que ni la canciller alemana ni el presidente francés parecen dispuestos a aceptar. “Deseo que Grecia siga en la Zona Euro. (...). Les corresponde a los griegos realizar los esfuerzos indispensables para que nosotros podamos alcanzar ese objetivo”, dijo Hollande en la capital alemana. Ello parece indicar que Hollande se sumó a los criterios del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, quien repite que otorgarle a Grecia más tiempo para que implemente su pan de ajustes no constituye “la solución”.
Los dirigentes europeos de peso mantienen con Atenas un lenguaje cargado de dobles sentidos. Por un lado, alientan a Atenas a continuar en la Zona Euro y, por el otro, imponen condiciones que Grecia no puede cumplir, al tiempo que trabajan en esquemas que integran la salida de Grecia del euro. Antes de viajar a París, Samaras advirtió que “si Grecia deja el euro, otros países caerán detrás”.
En una entrevista exclusiva publicada por el vespertino Le Monde, Samaras aseguró que llevará a término las reformas prometidas, pero también aclaró que era muy difícil actuar cuando hay “oficiales europeos que especulan públicamente con la salida de Grecia de la moneda común”. Samaras intenta a todo precio detener la guillotina que amenaza con sacar a Grecia del euro. En la misma entrevista con Le Monde, el primer ministro griego hizo un retrato dramático de lo que le ocurriría a su país y a la Unión Europea si Atenas abandona el euro: “Combinada con la inestabilidad en Medio Oriente, esto podría traducirse por una pesadilla geopolítica que sobrepasaría las fronteras griegas. Agreguemos también la reacción de los mercados financieros. Estos se pondrían a anticipar la salida del euro de otros países, provocando así un efecto dominó”. En varias ocasiones, Samaras reiteró que a Grecia no le hace falta dinero, sino más tiempo, es decir, “aire para recuperar nuestro aliento”.
Samaras pisará hoy suelo francés, en lo que será el segundo país que visita como primer ministro. Su escala en Alemania ha sido tan paradójica como las declaraciones de los dirigentes europeos. La canciller alemana, Angela Merkel, dijo en Berlín que deseaba que Grecia permaneciera en el euro pero, al mismo tiempo, se mostró inflexible con las esperanzas de Atenas. Merkel y Hollande esperan de hecho el informe de la troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Unión Europea) que debe aprobar o no la sanidad económica y la viabilidad de Grecia. Sin embargo, Berlín ya se adelantó a un posible desastre.
Y Merkel omitió también referirse a que ayer mismo se había conocido la existencia de un grupo especial de trabajo, en el propio seno del Ejecutivo alemán, que analiza bajo la dirección del secretario de Estado del Ministerio de Finanzas, Thomas Steffen, las consecuencias que puede tener para Alemania y el resto de los países de la Eurozona una posible salida de Grecia. “Establecen cálculos y reflexionan sobre cómo se puede impedir un efecto dominó”, señala un funcionario del ministerio citado por el periódico Financial Times Deutschland. La edición alemana del periódico económico reveló la existencia del grupo de trabajo en el mismo seno del Ejecutivo alemán. Conducido por el secretario de Estado del Ministerio de Finanzas, Thomas Steffen, este grupo analiza el impacto que puede provocar en Alemania y en Europa la salida de Grecia del euro. El jefe del Ejecutivo griego, que surgió con las elecciones de junio pasado, encuentra a su paso el mismo discurso: respaldos verbales y sesudos cálculos sobre el euro sin su país adentro. Hollande recibe así a Sanaras con el mismo compás de espera que Berlín: el informe de la troika que decidirá si se desbloquea un nuevo paquete de ayuda para Atenas y, también, si el país está en condiciones de frenar la carrera hacia el ajuste.
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