EL MUNDO
› LOS CHIITAS RECLAMARON LA SALIDA DE LAS TROPAS DE OCUPACION
La libertad de estar contra EE.UU.
La formación de un gobierno transicional en Irak trastabillaba ayer en medio de manifestaciones antinorteamericanas.
Por Jorge Marirrodriga *
Desde Bagdad
Miles de chiítas se manifestaron ayer en Bagdad reclamando la formación de un gobierno de transición iraquí y la salida de las tropas estadounidenses del país. Aunque el nuevo administrador de EE.UU. para Irak, Paul Bremer, reiteraba desde Mosul que no habrá retrasos en la formación del Ejecutivo, lo cierto es que algunos líderes, como el kurdo Masud Barzani del Partido Democrático del Kurdistán, han empezado a perder la paciencia ante los sucesivos aplazamientos y han abandonado Bagdad en un gesto de claro descontento por la lentitud con la que se está poniendo en marcha el nuevo Estado en Irak.
Frente a la mezquita de Abu Hanifa –el único templo islámico atacado directamente por las tropas estadounidenses durante la guerra, ante la sospecha de que allí se escondía Saddam Hussein– entre 10.000 y 15.000 personas se congregaron gritando consignas contra Estados Unidos e Israel y exigiendo la unidad de chiítas y sunnitas. Entre la multitud eran visibles retratos del ayatola Jomeini y de Mohamed Al Sader, asesinado por Saddam y adoptado como icono por la rama más radical del chiísmo iraquí. “No aceptaremos el desmembramiento de Irak. No a América. Sí al Islam”, declaró desde una tribuna Mohamed al Fartusi, un líder religioso islamista seguidor de Al Sader.
La demostración de fuerza chiíta en plena capital iraquí se produjo pocas horas antes de que uno de los dos principales líderes kurdos abandonara la ciudad donde llevaba dos semanas exasperado por la lentitud con que avanzan las negociaciones para la formación de un gobierno provisional. El Ejecutivo provisional debía haber sido formado, según las promesas formuladas por el general retirado Jay Garner, en la última semana de abril. Sin embargo, los estadounidenses se han encontrado con tres problemas a la hora de conformarlo: la dificultad para encontrar una figura de consenso que lo presida; el reparto de poder entre las diferentes facciones y, finalmente, la constatación de que Ahmad Chalabi, líder del Congreso Nacional Iraquí y hombre por el que apostaba Washington, no tiene la confianza de la población ni respaldo político.
“Los kurdos están reclamando muchas parcelas de poder y esto provoca dificultades”, aseguraba ayer una fuente anónima cercana a Adnán Pachachi, líder del Movimiento Independiente por la Democracia, la figura que más consenso convoca en torno de su persona para presidir el gobierno de transición. La misma fuente expresó su temor de que no hubiera gobierno hasta el mes de agosto. “Y eso sería una catástrofe para el país”, añadió.
“Es una exageración. Tenemos buenas relaciones y conversaciones con la coalición. Todos estamos de acuerdo en que tiene que haber un gobierno cuanto antes”, rebatía ayer en Bagdad Kubat Talabani, de 25 años, hijo del dirigente kurdo Jalal Talabani, líder del Partido Democrático del Kurdistán. “Pero el gobierno debe ser representativo de todas las etnias y todas las religiones. El Islam es un elemento muy importante para una parte de la sociedad iraquí, pero no puede ser impuesto a todos. El nuevo Estado debe ser laico y democrático.”
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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