Jue 15.11.2012

EL MUNDO  › OBAMA DIJO QUE EL ESCáNDALO DE PETRAEUS NO AFECTó LA SEGURIDAD NACIONAL

Con un ojo en la CIA y otro en la economía

El presidente confía en que los republicanos aprobarán el aumento de impuestos para los más ricos y subrayó que no se debería tomar a la clase media de “rehén” a la hora de discutir este plan.

El presidente, Barack Obama, dijo ayer que no hay evidencia de que la seguridad nacional haya peligrado por el hecho que provocó la renuncia del director de la CIA, David Petraeus. Además reiteró la necesidad de llegar a un acuerdo para aumentar los impuestos a los más ricos e instó al Congreso a aprobar la reforma migratoria.

En su primera conferencia de prensa tras ser reelecto, el mandatario habló sobre varios temas. Uno de ellos fue el caso Petraeus. Obama aseguró no tener ninguna evidencia hasta el momento de que se haya revelado información clasificada que de alguna manera hubiese tenido un impacto negativo para la seguridad nacional norteamericana. En sus primeros comentarios públicos sobre el escándalo, Obama agregó que esperará a los resultados de las investigaciones que se llevan adelante en vez de hacer conjeturas sobre las implicaciones que podría haber tenido el caso. “Tengo mucha confianza, generalmente, en el FBI”, expresó Obama. E indicó que ese organismo investigativo federal no dio ninguna notificación por adelantado a la Casa Blanca sobre su pesquisa, y que de haber sido así ahora podría tener que enfrentar preguntas sobre por qué interfirió en una investigación criminal.

La pesquisa, que terminó en la renuncia de Petraeus, comenzó a mitad del año, pero la Casa Blanca no supo de ella hasta el día después de los comicios generales del 6 de noviembre, en los que el demócrata Obama, de 51 años, logró su reelección. Dos días después, Petraeus renunció luego de reconocer que tuvo una relación extramatrimonial con su biógrafa, Paula Broadwell.

Obama también profundizó sobre los problemas económicos que afronta Estados Unidos y destacó que la solución de los mismos y del endeudamiento del país son la prioridad de su segundo período de gobierno. En este sentido, llamó a los republicanos, que están en la oposición, a colaborar en la superación de la crisis, y dijo que sobre todo debe evitarse el “precipicio fiscal”, una combinación de subas de impuestos y recortes de presupuesto que entrarán en vigor el primer día de 2013, si no hay un acuerdo en el Congreso. El presidente se mostró confiado en que los republicanos aprobarán el aumento de impuestos para los más ricos que su gobierno promueve y subrayó que no se debería tomar a la clase media de “rehén” a la hora de discutir esta propuesta. En tanto, afirmó que espera poder reunirse antes de fin de año con su rival republicano en las elecciones, Mitt Romney, para intercambiar ideas sobre cómo crear empleos y hacer crecer la economía.

En su discurso, el reelecto jefe de Estado instó al Congreso a que aproveche el momento para aprobar la reforma migratoria que permita una vía para la legalización de la población indocumentada. “Hay que aprovechar el momento”, afirmó. Además, elogió la creciente y alta participación de los votantes hispanos en las urnas y enfatizó que la reforma migratoria debe incluir el fortalecimiento de la seguridad fronteriza, multas para las empresas que contratan a los indocumentados y la legalización de quienes no tienen antecedentes penales y cumplen con otros requisitos. Obama señaló que espera iniciar el proceso para introducir una reforma migratoria en el Congreso poco después de que asuma el cargo en enero. “Este asunto no ha sido históricamente un asunto bipartidista”, aseveró el presidente. Y recordó que algunos republicanos como el senador John McCain se han mostrado a favor de una reforma inclusiva en el pasado por lo que instó a trabajar para lograrlo. Su propuesta, según detalló, será “muy similar” a las anteriores y hará hincapié en la necesidad de mantener medidas para proteger la frontera y serias penas para aquellos empresarios que contraten inmigrantes indocumentados a sabiendas para aprovecharse de ellos. Asimismo, abogó por encontrar un “camino” para legalizar el estatus de aquellas personas que viven en el país y no tienen ningún historial delictivo, pagan impuestos y están dispuestos a cumplir la ley.

El jefe de Estado, además, solicitó al Congreso que detenga sus “intolerables” críticas a la embajadora del país ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Susan Rice, sobre el ataque al Consulado en Benghazi (Libia), y las dirija en su lugar a él. “Si el senador (John) McCain o (Lindsey) Graham u otros quieren perseguir a alguien, deberían ir por mí”, expresó.

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