EL MUNDO › REELEGIDA POR SU PARTIDO POR SéPTIMA VEZ, PESE AL MALESTAR
El Parlamento alemán aprobó esta semana las nuevas ayudas para Grecia y el ministro de Economía aseguró que “no le costarán ni un centavo a los ciudadanos alemanes”. Pero algunos medios de prensa siguen criticando al gobierno.
› Por Elena Llorente
Desde Nuremberg
En la prensa alemana no falta a menudo el espacio para hacer alguna alusión al precio que deberán pagar las finanzas del país por los nuevos préstamos que la Unión Europea concedió a Grecia. Y entre la gente también parece percibirse un cierto malestar en este sentido. Pero la canciller Angela Merkel no se demuestra muy preocupada y sus seguidores tampoco. El martes pasado, en efecto, fue reelegida en Hannover por séptima vez presidenta de su partido, el CDU (Unión Cristiano Democrática), con el 98 por ciento de los votos. Y esto la convierte en la más seria candidata del centroderecha para las elecciones del año próximo. Según el CDU, su gobierno ha sido el “mejor desde la reunificación alemana” ocurrida en 1989. Actualmente, algunos sondeos le atribuyen el 39 por ciento de los votos, contra el 30 por ciento de los socialdemócratas y el 14 por ciento de los verdes (ecologistas).
Pese a que el Parlamento alemán aprobó esta semana las nuevas ayudas para Grecia y el ministro de Economía y Finanzas, Wolfgang Schauble, aseguró que “no le costarán ni un centavo a los ciudadanos alemanes”, algunos medios de prensa le siguen haciendo la guerra. Entre ellos la muy difundida revista Der Spiegel, que asegura que la crisis de Grecia tendrá serias repercusiones sobre Alemania. Otros diarios, más bien simpatizantes del centroderecha, sostienen que en realidad el nuevo plan no ayudará a que Grecia vuelva a ser solvente, sino que simplemente servirá para ganar tiempo. El centroizquierda, por el contrario, está contra la austeridad a todo vapor, que está causando estragos en países como Grecia, España o Italia. El diario de izquierda Die Tageszeitung, entre otros, afirma por ejemplo que “la deuda griega –y no sólo la griega– debe ser reducida y las medidas de austeridad suspendidas porque están dañando la economía”.
Otro de los problemas fundamentales por resolver, para que los países de la llamada Zona Euro no vuelvan a tener crisis como la que están actualmente viviendo –o al menos para poder controlar mejor la situación–, son las nuevas normas de regulación bancaria, iguales para todos los países. De esto se habló esta semana en Bruselas y se hablará de nuevo el 12 de diciembre, porque no hubo acuerdo entre los ministros de Economía y Finanzas. El problema es que Alemania, entre otras cosas, quiere que la nueva legislación se aplique sólo a los grandes bancos, dejando la legislación local para regular a los pequeños. A esto se oponen los franceses y otros países del área euro que argumentan que sólo leyes iguales para todos podrán evitar una crisis. Al parecer el gobierno alemán teme que una legislación bancaria demasiado centralizada pueda provocar reacciones de parte de la oposición en su país. Merkel y su equipo en realidad están preocupados por las elecciones del año próximo y por eso quieren hacer buena letra.
En la calle la gente no siempre le da la razón. Rudolf, un jubilado, dijo a Página/12 en una calle de Nuremberg que no siempre estaba de acuerdo con lo que Merkel hacía en Europa, sobre todo con la reciente aprobación de nuevos préstamos para Grecia. “Cada uno de los países en crisis debería hacer más”, dijo. En su opinión, Alemania debe continuar en la Unión Europea “porque Alemania está bien. Son los otros países los que están mal. Es necesario trabajar mucho y ajustarse el cinturón para salir de la crisis”, añadió, justificando las políticas de austeridad impulsadas por el gobierno de su país. Para Karim, 19 años, que está haciendo el último año de la escuela secundaria, los jóvenes de su edad no hablan mucho de política. “En realidad creo que no tienen mucha idea de lo que pasa”, dijo. Y su amigo Elkar, de 21 años, estudiante de Administración de Empresas, confirma que “los jóvenes alemanes han perdido el interés por la política” y que no es un problema ligado al gobierno de Merkel. Elkar piensa que estar en la Unión Europea es lo mejor para su país y espera que Alemania no quiera salirse de ella ni de la Zona Euro.
Enzo, responsable de un bar en Nuremberg, de origen italiano pero que hace 38 años vive en Alemania, piensa que la gente en su mayoría apoya a Merkel. “Sí, creo que la mayoría está de acuerdo con ella”, dijo. Y refiriéndose a las ayudas a Grecia agregó que “los alemanes a veces son medio tontos –claro, no es que los italianos no lo sean, sobre todo si se piensa en la Italia que votó a Berlusconi, aclaró riéndose–. No quieren pagar por otros y los políticos, si tienen que pagar porque la Unión Europea lo decide, querrían hacerlo después de las elecciones. Los políticos ahora dicen lo que la gente quiere escuchar. Así esperan ganar votos”.
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