La mayoría de derecha liderada por Silvio Berlusconi sufrió ayer un nuevo revés electoral en las elecciones parciales locales, al perder el gobierno de la próspera región Friuli-Venezia-Giulia, dos semanas después de que la izquierda le arrancara también la importante provincia de Roma. La mayoría de derecha reconoció anticipadamente la pérdida de Friuli-Venezia-Giulia. La oposición de centroizquierda se perfilaba como vencedora de la segunda vuelta de las elecciones locales parciales celebradas anteayer y ayer en Italia, paralelamente con los comicios en las regiones de Friuli-Venezia-Giulia y Valle de Aosta.
Los colegios electorales italianos abrieron ayer sus puertas en el segundo y último día de votación en la segunda vuelta de los comicios locales parciales y para renovar los gobiernos de tres provincias. Cerca de dos millones de electores fueron llamados en esta convocatoria en tres diputaciones provinciales de la isla de Sicilia y medio centenar de Ayuntamientos, entre ellos los de Brescia, Treviso, Pescara y Vicenza.
Los electores debieron decidir entre los dos candidatos más votados en una primera vuelta celebrada el 25 y 26 de mayo y que no consiguieron entonces al menos el 50 por ciento mas uno de los sufragios. La votación comenzó ayer a las 7.00 hora local y concluyó a las 15, para dar paso al recuento. Tras el cierre de los colegios se conocieron también los primeros resultados de las elecciones celebradas anteayer para renovar los gobiernos de las regiones norteñas de Friuli-Venezia-Giulia y Valle de Aosta, con un censo de 1,1 millón de electores.
En la región alpina del Valle de Aosta tan sólo se votó el domingo, y la consulta, con una participación del 77 por ciento de sus cerca de 100.000 votantes, dio la victoria a la formación local Unión Valdostana, con un 47 por ciento de votos, según el resultado dado a conocer el domingo. También se sumarían la de los hasta hoy conservadores ayuntamientos de Pescara y Ragusa.
Pero el resultado más significativo se produjo en la región de Friuli, fronteriza con Austria y Croacia y cuya capital es Trieste, en la que el candidato de la coalición opositora de El Olivo, Riccardo Illy, ex alcalde de Trieste, obtuvo un 53 por ciento de los votos contra un 43 por ciento de la candidata de la secesionista y xenófoba Liga Norte, Alessandra Guerra, después de que las encuestas pronosticaran un empate técnico. La presencia de Guerra al frente de la lista de la Casa de Las Libertades fue una imposición del líder de la Liga, Umberto Bossi, a Berlusconi, por encima del presidente saliente Renzo Tondo, en medio de una fuerte polémica interna. Esta derrota de la protegida de Bossi va a marcar aún más las diferencias que separan a la antigua formación independentista de sus socios de la derechista Alianza Nacional y de los democristianos de la UDC. El triunfo del conocido industrial cafetero Riccardo Illy en Friuli-Venezia-Giulia ha disparado el optimismo entre los principales dirigentes de la oposición, que han cantando victoria sin paliativos.
Tanto el secretario de los ex comunistas Demócratas de Izquierda, Piero Fasino, como el de los centristas de La Margarita, Francesco Rutelli, subrayaron la importancia de estos resultados como alternativa política y hablaron de “éxito arrollador”.
Desde las filas gubernamentales, el responsable de la campaña de Forza Italia, Claudio Scajola, trató de restar importancia a la pérdida de votos y, sobre todo, a circunscribirla “a un ámbito en el que inciden mucho los factores locales”, pese a los 12 millones de electores llamados en total a las urnas. Portavoces de la Alianza Nacional, como Ignazio La Russa, o de la UDC, Marco Follini, hablaron sin medias tintas de “alarma política”. En este contexto, en los próximos días se celebrará una reunión entre los líderes de centroderecha, anunciada hace unos días por Berlusconi, para ajustar el programa de gobierno y afrontar los litigios pendientes entre los distintos socios.