Jue 31.01.2013

EL MUNDO  › DIALOGO CON EL INVESTIGADOR ADRIAN PADILLA, DE LA UNIVERSIDAD SIMON RODRIGUEZ DE CARACAS

“En Venezuela las armas están con el poder popular”

El académico venezolano concede que los focos golpistas no fueron totalmente extirpados, pero mencionó cambios introducidos en las FF.AA. desde el golpe mediático-castrense de 2002, cuando altos oficiales juraron lealtad a Chávez.

› Por Darío Pignotti

Guerra es guerra. En el combate cotidiano contra el proceso bolivariano, las derechas concedieron un papel preponderante a la infantería mediática, tema abordado en ensayos y documentales como el revelador La Revolución No será Televisada. Curiosamente, es menos prolífica la reflexión sobre el componente militar “que es fundamental en toda lucha verdadera por el poder, tengamos en cuenta que a pesar de que Venezuela está construyendo una revolución pacíficamente, es una revolución que está armada. Hoy podemos decir con bastante certeza que en Venezuela las armas están en poder del pueblo, las armas están con nosotros”. Así lo planteó en diálogo telefónico desde Caracas el investigador Adrián Padilla, de la Universidad Simon Rodríguez, reducto de la intelectualidad bolivariana.

Responsable de un centro de estudios, Padilla, que tiene un doctorado en la Universidad de San Pablo, se extendió sobre la cuestión militar ligándola al futuro de una revolución cuyo líder, el presidente Hugo Chávez, permanece internado en Cuba luego de ser operado de cáncer en diciembre. El académico venezolano concede que los focos golpistas no fueron totalmente extirpados y podrían resurgir, pero mencionó cambios introducidos en las fuerzas armadas desde el golpe de Estado mediático-castrense de 2002, cuando altos oficiales se sumaron a la sublevación a pesar de haber jurado lealtad a Chávez.

–Recientemente circuló una proclama golpista firmada por militares en retiro, ¿usted puede asegurar que la plana mayor de los generales, almirantes y brigadieres en actividad es confiable?

–No podemos ser categóricos en decir que ya no hay más focos de conspiración militar, es posible que haya alguien dentro de la estructura de las fuerzas armadas que haya sido seducido materialmente para colaborar con la derecha en algún plan desestabilizador, eso puede ser. Pero nosotros vemos que después de 2002 se ha ganado un terreno importante a favor del proceso, Chávez ha puesto a los militares en el lugar de miembros de unas fuerzas del pueblo en armas, los interpela como hombres que deben responder a las demandas de la causa bolivariana, antiimperialista y socialista. Eso no pasaba hasta pocos años atrás.

–Es destacable que el ministro de Defensa, Diego Molero Bellavia, un almirante, ha empezado a mostrarse más públicamente, haciendo declaraciones, convirtiéndose en un referente del poder y un hombre que está manifestando sus convicciones sobre unas fuerzas armadas bolivarianas y antiimperialistas.

–En Venezuela como en muchos países latinoamericanos la armada fue en general una fuerza de concepciones más reaccionarias con menos base popular que el Ejército, por ejemplo, pero el almirante Molero Bellavia es alguien que tiene la confianza del presidente Chávez, ellos tienen una relación histórica desde antes de los años ’90. Nosotros diríamos que él es un hombre leal al proyecto y además el alto mando militar en general tuvo gestos de un fuerte compromiso con el proyecto bolivariano cuando se conoció cuál era el estado de salud del presidente en diciembre, antes de partir hacia Cuba para su intervención del 11 de diciembre. Pensamos que se ha dado un proceso de depuración de las fuerzas armadas gracias a la promoción de nuevos oficiales, que están comprometidos con el proceso de transformación donde ellos participan lado a lado del pueblo. Nosotros tenemos una Universidad de las Fuerzas Armadas, donde se imparten varias carreras y donde estudian 200 mil alumnos no militares, con quienes trabajan los militares; eso es muy rico, ya que instalaciones militares funcionan como aulas en todo el país y permite que estudien gentes de zonas alejadas. Vemos que es importante el hecho de que haya surgido una interacción entre militares y la gente del pueblo haciendo que se vaya tomando conciencia de que la cuestión de la defensa nacional no es cosa solamente de las fuerzas armadas.

–¿En qué punto está el programa de modernización del armamento y cuál es el nivel de desarrollo de las milicias?

–En el acto del 10 de enero en Caracas, ante varios presidentes y representantes de gobiernos latinoamericanos hubo una exhibición de los aviones Sukhoi, rusos, que son armamento muy importante de la fuerza aérea venezolana, volaron sobre la multitud que estaba en las calles de Caracas. Fue algo de mucha significación porque está diciendo que este proceso de cambios llevado a través de medios legales tiene armas poderosas con las cuales defenderse. Con esa exhibición de aviones Sukhoi se le dijo a la derecha, al mundo, a los poderes desestabilizadores, que ésta es una revolución pacífica, democrática pero que está bien armada. Están las armas, está el conocimiento de cómo utilizarlas, hay gente entrenada en número suficiente para el uso de este equipamiento. Y ahora contamos con un factor completamente novedoso, que no existía en el golpe de 2002, son las milicias bolivarianas que componen a las fuerzas armadas sin que sean totalmente dependientes de ellas. Son cientos de miles, no podría precisarle cuántos son exactamente. Son personas que quisieron alistarse por propia convicción, hay que ver cómo se ha volcado el pueblo a estas formaciones donde reciben adiestramiento militar. Cuando preguntan cuál sería una singularidad de este proceso de transformación en Venezuela, nosotros mencionamos a las milicias porque son algo muy propio y muy sorprendente. Las milicias son parte del ejército, su alto mando pertenece al ejército pero los destacamentos de combatientes se integran por trabajadores de fábricas, por profesores, por trabajadores del campo, los campesinos que ocuparon tierras en el interior, estudiantes, empleados públicos.

–¿Ustedes trabajan escenarios políticos posibles ante un eventual fallecimiento de Chávez?

–Por la información que hemos recibido en los últimos días la situación estaría mostrando una mejora. En todo caso nosotros somos realistas, consideramos todas los escenarios posibles, también el de la desaparición física del presidente. Y cuando se piensa en el escenario mejor, en el que Chávez haya solucionado su enfermedad, nosotros creemos que igual así el presidente no debería volver al gobierno, él debería asumir un lugar de líder como Fidel en Cuba, saliendo de los problemas cotidianos de la administración. Nosotros decimos que hay chavismo después de Chávez y que hay mucha revolución después de Chávez, y tomamos en cuenta datos de la realidad, como el acto del 10 de enero, el día que debía asumir el presidente. La participación fue masiva, por ejemplo en Caracas había varias avenidas colmadas, también la avenida Urdaneta (principal) que lleva hasta el Palacio del Gobierno en Miraflores y no eran sólo caraqueños; hubo contingentes viniendo de los estados del interior y si hubiéramos tenido más logística más gente habría venido, en lo cuantitativo fue una multitud y en lo cualitativo donde hombres y mujeres, asumiéndose como sujeto pueblo, sujeto histórico, toman las calles para dar su respaldo al presidente Chávez y a la Constitución bolivariana de 1999, que es el marco jurídico de este proceso de transformación. Con esta Constitución se ha podido cambiar las reglas de juego, dentro del juego de una democracia participativa por fuera de los moldes de la democracia liberal. Y la gente tiene conciencia de que hoy Chávez está pero puede no estar, y eso se ve en la consigna que dice que Chávez no es sólo él, que Chávez es el pueblo, se da un juego simbólico en el que Chávez es todos y todas los miembros del pueblo. El otro mensaje claro, fue que sea cual fuere el futuro del estado de salud del presidente, el pueblo continuará unido. Y al frente del gobierno continuará el vicepresidente Maduro, a quien le está tocando decidir algunos temas de la marcha del gobierno. El 8 de diciembre, cuando el presidente le anuncia al país su situación de salud y la necesidad de ser intervenido y afrontar la posibilidad de no asumir, dice que deberá ser Nicolás Maduro quien deberá ser candidato si hay nuevas elecciones porque él estuviera imposibilitado.

–¿Qué valor diplomático le asigna a la visita de Lula a La Habana, aunque se trate de un viaje privado?

–A la relación con Brasil la vemos dentro de los cambios geopolíticos que se han dado en los últimos tiempos en nuestro continente con su avance de autonomía respecto de Estados Unidos. Decimos que es muy importante la forma como cambió la posición brasileña y latinoamericana ante la hegemonía de Estados Unidos. Para nosotros, para la Revolución Bolivariana ha sido muy importante la actitud de los gobiernos del PT y principalmente los progresos que hubo durante los dos gobiernos del presidente Lula. Nosotros destacamos mucho lo que significa y lo que significó Lula para Venezuela, incluso desde antes de asumir en 2003, fue importantísima la intermediación de Lula en diciembre de 2002 para que el ex presidente Cardoso envíe combustible cuando nosotros enfrentábamos un paro petrolero. Valoramos muy bien el viaje de Lula a La Habana porque sabemos que tiene un liderazgo en Brasil, en el PT y que no es sólo un ex presidente. Claro que algunas cosas pudieron haber cambiado con el gobierno de la presidenta Dilma, nosotros sentimos que hay compañeros venezolanos que tal vez esperan más de Dilma, un posicionamiento tal vez más claro sobre el actual momento que estamos viviendo, por ejemplo hubo compañeros que esperaban alguna presencia fuerte de Brasil en el acto del 10 de enero junto a otros presidentes latinomericanos que vinieron a Caracas, claro que se sintió la ausencia de Brasil ese día. También tenemos muy buena relación con los movimientos sociales brasileños, con los compañeros Sin Tierra, con quienes realizamos la escuela agroecológica que funciona en el interior de Venezuela y otros proyectos importantes de integración con ellos.

–La prensa hegemónica deploró la internación de Chávez en Cuba y montó el relato sobre el supuesto tutelaje cubano sobre la transición venezolana. ¿Qué lectura hace de esa tesis?

–Nadie tutela a la Revolución Bolivariana y Cuba no tiene la intención de hacer algo así. Es verdad que el vínculo entre Cuba y Venezuela es muy próximo. Claro que no es igual la relación que tenemos con Cuba y nuestra relación con Brasil, porque nosotros creemos que aunque hubo una mejora notable desde que llegó Lula, la política externa de Brasil está sometida a una relación de fuerzas internas particular, donde influyen factores de poder insatisfechos con nuestra revolución. En Cuba esto no sucede, su gobierno está integralmente comprometido con nosotros para disgusto de la derecha desde donde se divulga una campaña descalificadora, falsa, con la imagen de que Cuba está manipulando la transición venezolana. Eso es absurdo. Transmiten la idea de que Chávez es un títere de Fidel y otro tipo de cosas inexistentes. Una caricatura que está desmentida en lo cotidiano donde Venezuela y Cuba están unidas intensamente con un vínculo de ida y vuelta, el presidente Chávez tiene una interrelación intensa con Fidel y el presidente Raúl, y eso no quita que Chávez tome decisiones que Cuba no hubiera tomado. Y por abajo y en lo cotidiano con los miles de médicos; pero no sólo ellos, los deportistas que han venido, los educadores, gentes que están en la realidad cotidiana del pueblo donde los cubanos y los venezolanos nos estamos relacionando a diario, como en la Misión Barrio Adentro, donde los médicos cubanos han demostrado que la medicina no tiene por qué ser comercial, que no tiene que ser curativa, sino preventiva. Estamos hablando de 30.000 médicos que atienden a la población, viviendo dentro de la comunidad, y esto ha estimulado que muchos jóvenes nuestros hayan comenzado a estudiar la medicina con ese enfoque, que es el enfoque integral comunitario. Y la derecha dice que eso no es medicina y que los cubanos no son médicos, sino que son brujos. Y es cierto, tenemos que decirlo, que en esa relación surgen diferencias, es lógico porque cada país tiene su independencia, su autonomía, sus particularidades porque la experiencia que estamos construyendo en Venezuela es bastante singular. Y para concluir nosotros planteamos que la relación con Cuba adquiere otra dimensión, muy honda, que es la de valorar la resistencia cubana como marco para todo el continente. Es una relación que no se concreta en busca de un beneficio económico o militar, es parte del internacionalismo popular, donde se enmarca nuestra colaboración en materia energética permitiendo que Cuba tenga hidrocarburos a precio accesible.

–Medios privados globales acusan a Caracas de prestarse al juego “expansionista” de China en Latinoamérica. ¿Qué opinión le merece esa lectura?

–Primero, nosotros sostenemos que la revolución es un proyecto histórico y político que se encarna en una realidad multidimensional: hay un gobierno de la revolución, hay un Estado, hay el frente económico y hay una política externa que necesita actuar en un frente internacional que tiene aspectos múltiples: el geopolítico, el comercial, el ideológico. Entre nuestros aliados comerciales hay algunos que son de mucha importancia para que la revolución pueda ser una realidad que se concreta día a día, y entre esos socios comerciales un país muy importante es China. Nosotros podemos comprarle y venderle al mercado chino y esto está fortaleciendo nuestra independencia de Estados Unidos y nuestra lucha contrahegemónica. Con Rusia tenemos otro tipo de relación, porque nos es de gran ayuda recibir armamento, como los aviones Sukhoi, dado que de otra forma no podríamos poseer aviones de combate porque Estados Unidos boicoteó la venta de sus cazas y de sus repuestos para nuestra fuerza aérea.

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