Lun 04.02.2013

EL MUNDO  › CAYó EL HELICóPTERO EN EL QUE VIAJABA. ANUNCIAN UNA INVESTIGACIóN

Murió Lino Oviedo, el ex golpista y candidato paraguayo

El general falleció en plena campaña de los comicios de abril en los que por tercera vez se postulaba. Controvertido y populista, Oviedo estuvo preso, prófugo y ya de vuelta en la arena política apoyó el juicio express contra Lugo.

El candidato a la presidencia de Paraguay Lino César Oviedo, de activa participación en el golpe que terminó con la dictadura de Alfredo Stroessner y sospechado, entre otras cosas, de ser el ideólogo del asesinato en 1999 del vicepresidente José María Argaña, murió en un accidente aéreo, al norte de Asunción, al caer el helicóptero en el que viajaba tras un acto político que encabezó anteanoche. Curiosidades de la historia paraguaya, el general, de 69 años, que solía ironizar sobre sus varias sublevaciones al calificarse como un “golpista democrático”, murió el mismo 3 de febrero en que, en 1989, participó del derrocamiento de Stroessner, hecho a partir del cual fue un protagonista de peso en la escena política local.

Dos veces postulante a la presidencia, Oviedo, quien también apoyó activamente el golpe institucional que derrocó a Fernando Lugo en junio de 2012, falleció en plena campaña hacia los comicios que tendrán lugar en abril de este año, en los que otra vez se preparaba para pelear por la jefatura del Palacio de López, en el que, ya había anunciado, sería su tercer y último intento. Una comitiva especial de militares y policías se trasladó a la zona del accidente, en el departamento de Concepción, donde se ubicó al aparato y los tres cuerpos calcinados: el piloto, de apellido Pecci, Oviedo y un custodio que lo acompañaba en el que fue su último viaje.

Por la muerte del político, el presidente Federico Franco tomó la decisión de decretar tres días de duelo nacional, suspendió todas las actividades oficiales –incluida una reunión de gabinete prevista para hoy–, prometió investigar las causas del accidente y lamentó la pérdida del que consideró “uno de los héroes de la gesta libertaria del 3 de febrero de 1989”. Aunque en la tarde de ayer todavía se desconocían oficialmente cuáles habían sido las causas del siniestro, se presumía que la caída a tierra de la aeronave fue provocada por las malas condiciones climáticas. Testimonios citados por el conservador diario ABC Color afirmaron que Oviedo ordenó que el viaje se iniciara anoche, pese a que el piloto intentó disuadirlo porque la nave no tenía instrumental para vuelos nocturnos y había un frente de tormenta.

La torre de control de Asunción perdió contacto con el helicóptero antes de la medianoche del sábado y, presumiblemente, el piloto desvió su ruta por el Chaco para evitar la tormenta. Los rescatistas partieron en la mañana de ayer desde Asunción y apenas un rato más tarde encontraron los restos del helicóptero en la estancia La Mocha, en Presidente Hayes, informó la agencia de noticias IP Paraguay. La nave era un Robinson, color rojo, propiedad de la firma Helitáctica, que aparentemente se incendió y explotó después de caer, lo que provocó una onda expansiva que desparramó los cuerpos.

Nacido en septiembre de 1943, Oviedo se formó como militar en Alemania, país hacia el cual siempre profesó admiración y respeto y tenía el grado de coronel del ejército paraguayo cuando le correspondió un rol central en el golpe contra Stroessner, a quien le tocó detener. Esa participación y algunas otras en sublevaciones posteriores lo llevaron a autodefinirse, casi irónicamente, como un “golpista democrático”. En mayo de 1989 fue promovido a general de brigada y, en diciembre de 1991, a general de división. Por esos años ejerció primero la Jefatura de la I División de Caballería y luego la del I Cuerpo de ejército, que desempeñó hasta fines de 1993, cuando se convirtió en comandante del ejército.

En abril de 1996, y con el apoyo de mandos leales, se declaró en rebeldía contra el presidente Juan Carlos Wasmosy y se negó a acatar la orden de destitución como jefe del ejército, por lo que fue encarcelado durante 55 días, hasta agosto, cuando recuperó la libertad y decidió iniciar su carrera política. Conformó entonces, dentro de la hegemónica Asociación Nacional Republicana (ANR, el nombre oficial del Partido Colorado), que estaba en el poder desde 1947, una corriente interna que llamó Unión Nacional de Colorados Eticos (Unace), con la que fue precandidato presidencial para las elecciones de 1998.

Como consecuencia de las diferencias internas se enfrentó a Argaña y a Wasmosy, quien ordenó su detención el 3 de octubre de 1997 y la reclusión en la División de Infantería de Asunción, durante 30 días. Oviedo pasó a la clandestinidad y se entregó el 12 de diciembre de 1997, y aunque el arresto que cumplió en la I División de Infantería era inicialmente de 30 días, permaneció detenido en prisión preventiva por orden del Tribunal Militar Extraordinario formado a pedido de Wasmosy.

El 4 de febrero de 1998 el Tribunal Militar decretó la prisión para Oviedo y un mes después fue condenado a diez años de prisión militar por “comisión de delitos contra el orden y la seguridad de las fuerzas armadas y por insubordinación”. El fallo disponía además la “baja absoluta” del ejército, por lo que Oviedo perdió todos los honores recogidos durante su carrera castrense (ver aparte).

En 1999 se refugió en la Argentina, donde estuvo alojado en una quinta propiedad de Arnaldo Martinenghi, durante el gobierno de Carlos Saúl Menem. Y aunque Paraguay solicitó su extradición, no le fue concedida. A fines de ese año, al terminar el mandato del riojano, pasó nuevamente a la clandestinidad. Se lo acusó de instigar un nuevo intento golpista que fue rápidamente sofocado, el 18 de mayo de 2000, y pocos días después fue detenido en Foz de Iguazú. Trasladado a Brasilia, permaneció preso un año y medio pero tampoco fue extraditado.

En 2003 impulsó la conversión de su línea interna en partido bajo el nombre de Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), y en 2004 regresó por fin a Paraguay, donde la Corte Suprema ratificó la anulación de sus derechos cívicos y fue preso. Libró una verdadera batalla judicial hasta que la Corte le otorgó la libertad el 31 de julio de 2007, cuando se cumplía la mitad de su condena por el golpe de 1996, y tres meses después dejó sin efecto la pena.

No descartó una alianza con Lugo para intentar desbancar a los colorados que llevaban seis décadas en el gobierno, pero presentó su candidatura por la Unace y obtuvo el tercer puesto en las presidenciales de 2008. Si bien reconocía la legitimidad de la gestión de Lugo, Oviedo siempre lo criticó y hasta denunció que se le había ofrecido el manejo de cinco ministerios y 10 millones de dólares para que sumara sus fuerzas al Ejecutivo.

De lleno en la oposición, Unace empezó a exigir la renuncia de Lugo y respaldó el juicio político express que terminó, en junio de 2012, con el ex obispo fuera del poder y la asunción de su entonces vice, Franco. Oviedo era otra vez candidato de consenso de la Unace para las elecciones del 21 de abril, legitimado en una lista única junto al candidato a vicepresidente, Alberto Soljancic, en las primarias de la fuerza de diciembre pasado.

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