Vie 15.02.2013

EL MUNDO  › ENTREVISTA CON EL EX CANCILLER MASSIMO D’ALEMA, DEL PARTIDO DEMOCRáTICO DE ITALIA

“Queremos volver a ser interlocutores”

El ex primer ministro dijo que Italia debe relanzar sus relaciones con América latina, Argentina y Brasil en particular, tras el deterioro sufrido durante el gobierno de Berlusconi. También habló de corrupción y alianzas electorales

› Por Elena Llorente

Desde Roma

Massimo D’Alema, uno de los principales dirigentes del Partido Democrático (PD), que fue primer ministro de Italia de 1998 a 2000 y luego ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de centroizquierda de Romano Prodi (2006-2008), se declara convencido de que si el centroizquierda gana las elecciones del 24 y 25 de febrero se retomarán las descuidadas relaciones con América latina, en particular con Argentina y Brasil. En una larga entrevista con Página/12, D’Alema abordó varios temas candentes en Italia, desde las alianzas que eventualmente deberá hacer un posible gobierno presidido por su colega de partido Pierluigi Bersani, hasta las áreas del mundo que se deberían privilegiar, el futuro de Europa y la corrupción.

–¿No ha desperdiciado Italia una gran oportunidad durante estos últimos años, descuidando las relaciones con América latina?

–Primero que nada quisiera reivindicar algunos logros de los gobiernos de centroizquierda (1996-2001, 2006-2008). Los países latinoamericanos quisieron expresamente que Italia formara parte de la Cumbre Iberoamericana. Esto demuestra que las relaciones de Italia con América latina durante nuestros gobiernos eran mucho mejores que ahora. Los gobiernos latinoamericanos por lo visto percibían a Italia como un aliado. Muchos en América latina no saben, aunque los gobiernos sí lo saben, lo que nosotros hicimos por intensificar ese entendimiento. Ese es un patrimonio que no se pierde. Los gobiernos de Berlusconi han tenido una responsabilidad enorme en el enfriamiento de esas relaciones.

–¿Me puede dar un ejemplo de hechos sucedidos en el período de Berlusconi?

–Sí. Durante uno de nuestros gobiernos, por ejemplo, se acordó que Italia se transformaría en socio de la Corporación Andina de Fomento, un importante ente financiador de proyectos a nivel público y privado de la región. Los socios de ese banco son los gobiernos latinoamericanos, por lo cual eso nos hubiera permitido un mayor acercamiento. Había que empezar a pagar las cuotas. El gobierno Berlusconi no pagó jamás esas cuotas. También quisiera recordar que fue el gobierno de Romano Prodi quien impulsó a la compañía italiana ENEL a comprar la española Endesa y llegar así a ser una de las principales empresas de electricidad de toda América latina. Y ocurrió durante un gobierno de centroizquierda.

–¿Qué persigue entonces el centroizquierda en este sentido?

–Los italianos hemos sufrido un gobierno como el de Berlusconi que ha debilitado todas las relaciones internacionales de nuestro país. Por eso queremos volver a tener un rol activo. Queremos volver a ser interlocutores privilegiados en América latina, porque estamos hablando de una región donde la presencia italiana es muy importante.

–Las relaciones Italia-Argentina han sido difíciles en estos últimos años...

–Las relaciones con la Argentina han sido complicadas, en parte debido al modo como la Argentina ha tratado la cuestión de la deuda, de los títulos comprados por inversionistas italianos, en parte también a que en Italia este tema ha sido instrumentalizado y ha creado reacciones contra la Argentina que seguramente no han ayudado. Las relaciones con Argentina son un dossier que merece ser retomado con cuidado porque, estoy seguro, no podemos retomar los lazos con Latinoamérica sin haber re-encaminado aquéllos con Argentina, que es naturalmente para nosotros la ventana a través de la cual nos “asomamos”, por así decirlo, a toda la región.

–Se dice que usted será el próximo canciller si gana el PD. ¿Es así?

—(Se ríe.) No lo sé, no se puede saber ahora. Son sólo hipótesis periodísticas.

–Si lo fuera, ¿qué privilegiaría en su accionar?

–Primero que nada creo que el ministro de Relaciones Exteriores debería hacer que Italia volviera a estar eficazmente presente en el área mediterránea, que hoy está viviendo un momento muy importante, en particular los países del norte de Africa. Paralelamente, se debe volver a poner los pies en América latina. Y aparte de Argentina que ya mencionamos, creo que habría que poner en orden las relaciones con Brasil, que quedaron muy dañadas después de algunos temas complicados (D’Alema se refiere principalmente a la negada extradición de parte de Brasil, de Cesare Battisti, condenado en Italia por terrorismo). Yo sé que los gobiernos latinoamericanos tienen muchas expectativas en relación con las próximas elecciones italianas. Creo que la próxima conferencia Italia-América latina, que debería hacerse este año, será una oportunidad en este sentido. Quiero subrayarle que todo esto que he dicho no es una cuestión personal, es la política del centroizquierda.

–Pasemos a Italia. Si el centroizquierda no conquista en el Senado la mayoría necesaria para poder aprobar las leyes y gobernar, ¿en su opinión se podrían hacer alianzas con el “Movimiento cinco estrellas” del cómico Beppe Grillo o con la lista del primer ministro Mario Monti?

–Si esta situación se presentara sería un problema, esperamos que pueda ser evitada. Porque es necesario dar una señal fuerte de estabilidad. Pero si se presentara, creo que podemos dialogar con las fuerzas moderadas.

–¿Incluye a Grillo?

–No, yo no consideraría a Grillo. Más allá de las dimensiones del partido de Grillo, creo que hay un problema de compatibilidad programática. Creo que la mejor solución sería dialogar con las fuerzas de centro (de Monti).

–¿Pero esto podría provocar una ruptura con Nichi Vendola y su partido Izquierda, Ecología y Libertad (SEL), aliado del PD?

–No existe algún peligro de ruptura.

–Según usted, ¿la Unión Europea y el euro se salvarán de la crisis?

–Es necesario tener el coraje de tomar algunas medidas muy concretas. Nosotros creemos que Europa para salvarse debe cambiar, con políticas de mayor solidaridad entre europeos y con políticas contra la crisis, no son suficientes las medidas de austeridad que se han tomado. También se deben crear nuevas instituciones políticas y dar más poder a las ya existentes. No hay duda de que Europa salvará al euro. Pero lo que criticamos a la actual dirección europea conservadora es no haber afrontado la crisis.

–Esta semana salieron a relucir los enésimos casos de corrupción en Italia. ¿Puede este país controlar y combatir la corrupción?

–Sí, sí que es posible. Confiamos en la magistratura, que en este período está abordando muchos y diferentes casos. Esto, claro está, no pretende ser un consuelo. De ninguna manera. Nosotros queremos tener una legislación más eficaz y más severa. La corrupción se combate con transparencia, buenas leyes y también con una acción ciudadana de control y de recambio de la clase dirigente. El centroizquierda señala este problema como una verdadera emergencia de nuestro país. Otros, en cambio, consideran una emergencia el rol de la magistratura. La deslegitimación que ha hecho la derecha de la obra de la magistratura contra la corrupción (algunos de los procesos que ha sufrido Berlusconi son precisamente por corrupción, N.R.R.) ha hecho más difícil esa lucha. Dicho todo esto, quisiera señalar que cada día leemos en los periódicos sobre casos de corrupción que involucran a muchos otros países y no solamente al nuestro.

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